Ya es lugar común esperar que el proceso de transición una vez que se reconoce a la, en esta ocasión presidenta electa, se circunscriba primordialmente a establecer los acuerdos necesarios para llevar a cabo la entrega-recepción de los asuntos en curso y pendientes del gobierno saliente; conocer a fondo el estado de las finanzas y preparar el presupuesto del que será en la práctica el primer año de gobierno, es decir 2025. Recordemos que por el adelanto de la fecha de toma de posesión al primero de octubre, será el nuevo gobierno el que conforme y presente el llamado paquete económico para el próximo año.

Sin embargo y también como primicia de ocasión, la entrega-recepción no será sólo de los asuntos pendientes, el gobierno saliente aun cuando es de la misma filiación entregará ya aprobada la más controversial de las reformas, la referida al poder judicial de la federación lo que en términos de gobernabilidad es una auténtica “papa caliente” para el nuevo gobierno. Como sabemos, en cuanto se supo que el plan C sería una realidad, los mercados financieros reaccionaron de manera adversa y contundente, dejando una gran afectación a la moneda mexicana que en cuestión de horas perdió la condición de superpeso. En dos días el peso perdió 5% frente al dólar rebasando el nivel de 18 pesos por dólar, llegando incluso por breves momentos a superar los 19 en el mercado interbancario.

Entre las primeras medidas reactivas del gobierno ganador, estuvieron el tratar de dar calma a los mercados anunciando a los grandes inversionistas que el secretario de Hacienda se mantendrá de manera indefinida en el cargo por lo que no habrá curva de aprendizaje en esa cartera. De igual forma tendrá entre sus principales prioridades desde la propia transición, dar viabilidad a las finanzas públicas para lo cual se adelantaron pagos de deuda externa con vencimiento el próximo año por un monto de 894 millones de dólares, de igual forma se refinanciará deuda interna lo que dará algo de holgura a la nueva administración, lo que se hace indispensable dadas las promesas de campaña de ampliar las transferencia monetarias a más beneficiarios cuyo cumplimiento implica destinar más recursos presupuestales a ello.

El anuncio ciertamente fue bien recibido por el mercado; no obstante, las declaraciones de los diputados del partido del gobierno entorno de que el plan C sería aprobado en septiembre volvieron a encender las alarmas, escenario que se vio todavía más ajetreado tras la reunión entre el presidente en funciones y la presidenta electa y el anuncio conjunto de que la reforma del poder judicial será la primera en aprobarse iniciando la nueva legislatura, lo que elevó al dólar de referencia (tipo FIX del Banxico) que alcanzó 18.78 pesos por dólar y el interbancario por momento superó los 19. Lo anterior aun cuando la presidenta electa dio a conocer el inicio de un proceso de discusión a través del parlamento abierto, lo que realmente no generó entusiasmo dadas las experiencias previas.

El fenómeno que tuvo un importante poder de cambio de las tendencias alcistas del dólar, fue el anuncio de la gobernadora del Banco de México respecto de que de ser necesario la comisión de cambios podría recurrir a los mecanismos e instrumentos con los que el organismo cuenta para estabilizar las transacciones cambiarias. A la fecha (14 de junio) el Banco de México cuenta con reservas por 219 mil 730 millones de dólares, lo que da un buen margen de maniobra, el hecho de que la paridad regresara a niveles por debajo de 18.50 pesos deja de manifiesto el potencial de maniobra del organismo central y de lo persuasivo del anuncio.

Sin duda la volatilidad cambiaria se vio contenida los días posteriores al anuncio de Banxico, contención que se reforzó por la decisión un tanto extraordinaria de la presidenta electa de dar a conocer con varias semanas de anticipación a los integrantes del gabinete de gobierno. Así, además del secretario de Hacienda se anunciaron a quienes serán los titulares de los despachos de economía, agricultura, medio ambiente, relaciones exteriores y una nueva secretaría que conduciría la política de ciencia y tecnología. Este gabinete económico reforzó la tendencia de recuperación del peso, que al 21 de junio había logrado una paridad de 18.20 pesos por dólar, probablemente el superpeso que cotizaba en menos de 16 pesos no regrese, sin embargo, la tormenta va amainando.

No todo es miel sobre hojuelas, la reforma del poder judicial de aprobarse sin cambiarle una coma tendrá sin dudas reacciones adversas en los mercados, lo que puede afectar no sólo el comportamiento del mercado de valores y la paridad cambiaria, una inminente fuga de capitales estaría por presentarse a juzgar por la caída en la tenencia de valores gubernamentales en manos de extranjeros que se registró el pasado 12 de junio por más de 18 mil millones de pesos, una caída de 1.0% en un solo día. La tormenta está pasando, pero la calma no está llegando dada la incertidumbre de una transición agitada.

Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

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