El crecimiento y recuperación de la economía mexicana, en tiempos de crisis, es una historia que hemos visto antes, quienes hemos participado en el sector financiero. Infortunadamente, nuestro país no ha estado exento de periodos de turbulencia económica que nos han enseñado a superar obstáculos y adaptarnos a circunstancias desfavorables. De hecho, en los últimos cinco años, hemos atestiguado que la mejor manera de apoyar el crecimiento es estimulando la inversión de las empresas medianas y grandes.
El reto es mayúsculo, pues según cifras del INEGI, el crecimiento de la inversión desde 1981 se ha dado a un ritmo de menos del 1% anual en promedio, sin embargo, las empresas han invertido y buscado el financiamiento que les permita crecer, llegar a más mercados, ampliar sus instalaciones o capacidades de producción. En fin, todo aquello que necesiten para ser más fuertes. Nos ha tocado ver de primera mano que los buenos proyectos encuentran la forma de sobresalir y tener éxito.
Por ello, en estos momentos de crisis para todo el mundo, vemos en el sector financiero, la clave para la reactivación económica. De hecho, creemos que el desafío estará en proveer ese apoyo y guía para que las empresas que necesitan el financiamiento de equipos productivos -ya sea para modernizar y hacer más eficiente su producción-, consigan ahorros en costos, o inclusive, en otra parte importante de la cadena de valor.
Como ejemplo de lo anterior, podemos citar a los fabricantes y distribuidores del sector médico, para quienes hemos visto incrementar su demanda de equipo, y a sus clientes, requerir financiamiento para poder adquirirlos. En esos casos, vemos necesaria la unión de sinergias para que una parte contribuya con el financiamiento y otra con equipo; es decir, se requieren soluciones integrales que hagan posible el incremento en ventas.
Asimismo, vemos empresas que buscan ahorros y que están invirtiendo en proyectos de eficiencia energética, como la autogeneración, la cual, en ciertos casos permite ahorros de hasta 17% (incluyendo el pago del financiamiento del equipo) y una vez terminado éste, dicho ahorro se convierte en el 95% de su consumo actual.
Hemos visto a una gran cantidad de empresas crecer y desarrollarse, desde aquellas que atienden el mercado exportador, hasta las que comenzaron como emprendimientos en respuesta a las crisis como la que hoy comenzamos a superar. Las características de éstas, así como sus sectores son muy variadas, pero todas tienen algo en común, el apetito por crecer y conquistar nuevas metas, para ello necesitan acceso a más y mejores activos, ya sean máquinas y herramientas, vehículos u otros insumos.
La crisis económica derivada de la pandemia redujo el acceso de las empresas a fuentes de financiamiento, pero una adecuada guía les puede abrir el camino hacia alternativas que previamente no habrían considerado, por ejemplo, el arrendamiento, que puede ser una herramienta de gran utilidad para impulsar proyectos productivos que las acerquen a la innovación, a través de maquinaria que les dé mayor rendimiento pero, sobre todo, mejor calidad a sus productos.
Las oportunidades son amplias, especialmente en un país como el nuestro donde hay baja penetración bancaria, y donde el arrendamiento es un vehículo ideal para la empresa mediana. Para que ésta comience a involucrarse en temas de financiamientos de bajo riesgo, que además sea ágil, flexible y más amigable.
Director general de Engen Capital