Retomo y actualizo (para quienes no lo sepan, que por lo visto son muchos miles de personas) lo que desde el 2020 ya he mencionado en esta columna sobre el término “covidiota
https://www.eluniversal.com.mx/opinion/juan-pablo-becerra-acosta-m/los-covidiotas-sus-amenazas-y-49-mil-muertos-por-venir, que no es un insulto sino un certero retrato hablado sobre la forma de comportarse de millones de personas durante la pandemia en todo el mundo. En inglés, desde hace casi dos años el Urban Dictionary expone esto acerca del neologismo: “Una persona que actúa como un irresponsable idiota durante la pandemia de Covid-19, ignorando el sentido común, la decencia, la ciencia y las advertencias profesionales, provocando una mayor propagación del virus y la muerte innecesaria de miles de personas (https://bit.ly/3h0APcP)”.

En español, la Fundéu ha descrito: “A partir de Covid-19 e idiota se ha formado covidiota por acronimia. Es adaptación del inglés covidiot y quienes lo emplean se refieren a las personas que se saltan las normas de distanciamiento y confinamiento, y con ello ponen en peligro a los demás (saliendo a la compra todos los días (…), yéndose a zonas de vacaciones https://www.fundeu.es/blog/el-oteador-de-palabras-covidiota-bichectomia-disgeusia/)”.

“Saliendo de compras todos los días”, como vimos que ocurrió durante diciembre en los centros comerciales mexicanos, que lucían atestados, repletos de marabuntas de consumidores y paseadores (no todos compraban algo, muchos simplemente flaneaban en los malls), varios de los cuales cantaban, gritaban, comían, bebían sin la menor precaución sanitaria en lugares cerrados.

¿No había manera de retraerse un poco este año? ¿No lo valía la salud y la vida de cada uno y las vidas de sus seres queridos?

“Saliendo de compras todos los días”, como ahora en enero, esta semana, que vimos los cardúmenes de damas y caballeros financieros de los Reyes Magos que saturaron cuanto mercado de juguetes se instaló en cualquier lado, muchos de ellos sin cubrebocas, esparciendo sus vapores casi con la misma velocidad con la cual lo expulsaban los vendedores-pregoneros que cantaban sus ofertas a grito pelado.

¿No era posible ir días previos, sin tumultos? ¿No era posible explicar a los niños que este año los Reyes Magos no podrían llegar a causa de la inflación y la Covid?

“Yéndose a zonas de vacaciones”, citaba líneas arriba el Fundéu otro de los comportamientos preferidos de los covidiotas que, en plena aceleración de los contagios, invadieron las playas. Caray, todos tenemos ganas de salir, de distraernos, de volver al mar luego de los encierros, pero, ¿no podía la mayoría de los viajeros haber optado por contener, por posponer?

Viendo fotografías en los diarios, en los portales, en las redes, así como imágenes de televisión en los noticieros, todas de playas y antros, queda claro que la moderación fue una actitud que solo permeó entre la minoría de los ciudadanos. Le narro, como un simple ejemplo que sintetiza todo, el caso que salió en el noticiero matutino de Imagen Televisión del lunes 3 de enero, conducido por Crystal Mendivil, de un caballerito chilango, de unos 30 años, entrevistado en una playa acapulqueña, donde había pasado la noche vieja del 31 de diciembre junto a su familia y amigos. Le pregunta la reportera que cómo se la pasaron el fin de año. La playa está atascada, toda la gente que se ve en pantalla carece de
cubrebocas y de sana distancia, y él responde con una sonrisita insolente, con ese tonito cantado que usted ya conoce y que en el barrio se le define como valemadrista vertiente cínica:

-Súper bien. Sabemos que hay Covid, pero como mexicanos… nos vale máuser, ¿no? Está todo chido, todo tranquilo, la banana, el barco, todo…

-¿No te da miedo contagiarte? –insiste la reportera y el sujeto responde con gran sapiencia:

“No, porque trabajo en el IMSS. Si no me pasa en el IMSS, menos me va a pasar aquí.”

Bueno. Acapulco tenía 80% tanto de ocupación hotelera como de renta de condominios.

Desde hace año y medio he criticado duramente la mala gestión de la pandemia del gobierno federal, pero, francamente, viendo el crecimiento exponencial de contagios que tenemos y el comportamiento irresponsable y egoísta de tanta gente, vale preguntar: y de la covidiotez nacional, ¿cómo andamos?

BAJO FONDO

¿Se puede dimensionar el covidiota colectivo? ¿Se puede medir la covidiotez masiva? No lo sé, pero los porcentajes de crecimiento de contagios son vertiginosos en México, como lo han sido también en Estados Unidos y en algunos países de Europa (qué tal Países Bajos y las protestas masivas contra las restricciones por la pandemia: me queda claro que ahí vive pura gente sensata que bien pudo haber estado chapoteando en Caleta el Año Nuevo). Veamos datos…

-En una semana, del martes 28 de diciembre al martes 4 de enero, el crecimiento de contagios fue de… 243%. Los contagios pasaron de 4 mil 426 a 15 mil 184 casos.

-Del miércoles 29 de diciembre al miércoles 5 de enero el crecimiento de contagios registrado por el gobierno federal fue de… ¡289%! Hubo este último miércoles 20 mil 629 casos, contra 5 mil 290 el miércoles previo.

-Del jueves 30 de diciembre al jueves 6 de enero el crecimiento de contagios fue de 221%. El jueves anterior se habían registrado 8 mil 24 casos y antier jueves fueron 25 mil 821 lo que representó el segundo peor día de contagios durante toda la pandemia. El peor día previo había sido el 28 de agosto con 28 mil 953 casos.

El despunte de contagios había comenzado a ser considerable desde antes de Navidad: el viernes 24, antes de la Nochebuena, el gobierno informaba de 3 mil 520 casos. Una semana después, el viernes 31, se reportaban 10 mil 32 casos en 24 horas, un crecimiento de viernes a viernes de 185%.

En dos semanas pasamos de esos 3 mil 520 casos en un día (viernes 24 de diciembre) hasta 28 mil 23 casos en otro día (ayer, viernes 7 de enero). Un incremento del… ¡696%! Espantoso.

¿Cuántos contagios se hubieran podido evitar si mucha gente hubiera sido más sensata durante diciembre y este inicio de enero?

¿Cuántos contagios atribuimos a la necedad, a la covidiotez?

Usted dirá…

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