De cuando en cuando nos volvemos a olvidar de los horrores, como si se tratara de barbaridades ajenas, perpetradas en los Balcanes durante los años 90, o en guerras fratricidas de algunos países africanos. Pero no, son hechos que siguen ocurriendo en México…
-Este es el país donde, según las cifras oficiales más recientes, desde 2006, y hasta el 30 de septiembre pasado, han sido halladas 4,092 fosas clandestinas.
Si lo promediamos, se trata de 292 fosas por año, 24 fosas por mes, cinco fosas descubiertas cada semana. ¿Cuántas más habrá? Cientos. Miles. Solo los criminales lo saben. En Veracruz (504 fosas), Tamaulipas (455), Guerrero (383), Sinaloa (354) y Zacatecas (331) es donde se han descubierto la mitad de las fosas (49.54%).
-Este es el país donde, en esas 4,092 fosas, fueron hallados 6,900 cuerpos. Sí: seis mil novecientos cuerpos. Es como si usted llenara de golpe más de dos terceras partes de las butacas del Auditorio Nacional con esos cuerpos martirizados. Jalisco (897 cuerpos), Sinaloa (613), Chihuahua (595) y Guerrero (563) concentran el hallazgo de prácticamente cuatro de cada diez restos (38.66%).
-Nada más durante el actual gobierno federal, han sido halladas 1,257 fosas ubicadas en 717 sitios, donde fueron exhumados 1,957 cuerpos. La mayoría de las fosas están en los estados ya citados, a los que hay que agregar Colima (149 fosas y 232 cuerpos) y Michoacán (113 cuerpos).
-Este es el país donde hay 38 mil cuerpos que no han podido ser identificados, ya sea porque acabaron en fosas comunes, o porque los restos están severamente dañados.
-Este es el país con 77 mil 171 desaparecidos y no localizados (incluidos 1,542 correspondientes al periodo 1964-2005).
-Este es el país con 112 mil 35 personas adicionales que habían sido reportadas como desaparecidas y ya fueron halladas, pero… 7 mil 82 de ellas fueron encontradas muertas.
-Jalisco (3,568), Guanajuato (1,216), Tamaulipas (1,206), Ciudad de México (1,191) y Nuevo León (991) son las entidades con más reportes de desaparecidos: concentran seis de cada diez, el 59.14% (https://bit.ly/33Ip32F).
-Este es el país en el que el 90% de las desapariciones están asociadas al crimen organizado, pero en el 10% participaron elementos del Estado mexicano, principalmente policías municipales y estatales.
Una y otra vez hay que recordar de qué tamaño es el mundo canalla que padecemos, porque solo así quizá podremos empezar a hacer algo, como sociedad, para intentar cambiarlo. O al menos, tal vez podamos expiar nuestros demonios y evitar que la siguiente generación se hunda, impedir que más niños acaben como sicarios en las entrañas de nuestro tejido social, como narran Saskia Niño de Rivera Cover et aliae. en “Un sicario en cada hijo te dio (https://bit.ly/30MMAO4)”.
Mientras, el infierno no se va a esfumar con abrazos y mendrugos: nuestra violencia ya es endémica, se extiende por toda la república. Es un irresoluble problema social, al menos en el corto plazo: los niños, jóvenes y adultos que hoy alimentan la violencia son irrecuperables, irredimibles. Salvo excepciones, no hay manera de reinsertar a los sicarios, extorsionadores y secuestradores que hoy mandan en tantos municipios y barrios.
Y esta desgracia mucho menos acabará si la ignoramos, si simulamos que no la vemos, porque entonces seguirá reproduciéndose, como la hidra de maldad que en realidad es: esa hidra criminal cuya insaciable codicia es alimentada cotidianamente por el machismo de los cárteles, la cobardía de extorsionadores y secuestradores que abusan de inocentes, y la corrupción y complicidad de tantas autoridades municipales, estatales y federales.
jp.becerra.acosta.m@gmail.com
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