Entre enero y agosto del año pasado, 108 mil 658 personas fallecieron en todo el país por la enfermedad Covid-19, de acuerdo a la información contenida en más 670 mil certificados de defunción revisados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía ( INEGI ). En realidad se trata de quienes murieron entre el 18 de marzo y el 31 de agosto, ya que esa es la fecha (18 de marzo) en la cual, según el gobierno federal, falleció en México la primera persona a causa del virus SARS-CoV-2.
Solicité al Inegi la información de cuántas personas, entre de toda esa gente, fallecieron fuera de un hospital, y resulta que la cifra es considerable: diez de cada cien personas (el 10.5%) que murieron por Covid en ese periodo, NO perecieron en un hospital.
Se trata de 11 mil 409 personas que, contagiadas, murieron en sus casas, en ambulancias , en la calle, en un coche particular, en el transporte público, pero no en un hospital , de acuerdo a datos provisionales del INEGI, que dará a conocer hasta octubre de este año las cifras definitivas de los muertos Covid durante 2020.
¿Qué pasó en el seno de las familias de esas 11 mil 409 personas, que no fueron a un hospital para que sus seres queridos fueran atendidos? ¿Qué sucedió? No he encontrado respuestas, solo tengo preguntas, porque es muy difícil creer que el virus haya inoculado una especie de actitud suicida en amplios sectores de la población. Tampoco resulta verosímil que la fe religiosa haya provocado una fatal resignación colectiva .
¿O sí sucedió eso?
En una enfermedad tan despiadada como la Covid-19, que empieza a asfixiar a la gente que está grave, que comienza a obstruir el trabajo de los pulmones para generar oxígeno , cuesta trabajo pensar que tanta gente decidió observar morir lentamente a sus seres más amados, sin hacer nada, como si se tratara de una inobjetable tortura impuesta por Dios.
¿Miles de personas observaban sin aire a sus padres, madres, abuelos, hermanos, hijos, y no hacían nada? No supimos que hubiera escasez de tanques de oxígeno en ese tiempo (marzo-agosto del 2020). Entonces, ¿ahí se se quedaban cientos y miles de personas pasmadas, viendo sufrir angustias y pánico a los suyos, presas todos de una especie de histeria colectiva paralizante?
Lo dudo. Todavía hay muchas cosas por indagar acerca de lo ocurrido en esta pandemia.
¿Toda esa gente tenía miedo de llevar a sus familiares a un hospital? ¿Creían que si los internaban, fatalmente iban a morir ahí? Hemos visto casos así en reportajes , pero, ¿tanta gente? ¿Creían que ir a un hospital era una sentencia de muerte segura para sus parientes?
¿O tuvo algo que ver lo que se decía al inicio de la pandemia, en las conferencias de prensa vespertinas, eso de que no había que ir a saturar los hospitales innecesariamente, que solo fueran quienes ya tuvieran dificultades para respirar y fiebre considerable, y que los demás se quedaran en casa? ¿Por eso mucha gente tardó demasiado en pedir una ambulancia, dilató más de lo debido en subir a su coche para trasladar a sus seres queridos?
¿O en realidad había más saturación en los hospitales de la que se nos decía cada tarde, por ejemplo durante mayo y junio, en aquellos picos de contagios y muertes , y mucha gente intentó infructuosamente que atendieran a sus familiares, como vimos en algunas historias periodísticas? ¿Acaso cientos y miles de personas resignadas volvieron a sus casas, como también vimos en varias crónicas, luego de no poder entrar a un hospital?
En el mismo periodo (enero-agosto del 2020), el 80.8% de quienes murieron de enfermedades del corazón fallecieron fuera de un hospital, según el Inegi. Se entiende, se trató de infartos fulminantes la hora que fuera y donde fuera. Lo que no se explica es lo sucedido con tanta gente que, padeciendo el lento ataque del virus, murió lejos de las manos de médicos y enfermeras . ¿O usted sí cree saber qué pasó?
Habrá que indagar qué ocurrió con tanta gente enferma de la Covid que murió lejos de un hospital, porque seguramente, con lo sucedido en noviembre, diciembre, y ahora en enero y febrero, con la saturación de hospitales y tanta gente en casa con tanques de oxígeno, ese porcentaje del 10% se va a disparar. Veremos…
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