El 5 de abril del 2020, apareció la mejor entrada en el Urban Dictionary acerca de este certero neologismo que es “covidiota”. Dice así: “Una persona que actúa como un irresponsable idiota durante la pandemia de Covid-19, ignorando el sentido común, la decencia, la ciencia y las advertencias profesionales, provocando una mayor propagación del virus y la muerte innecesaria de miles de personas (https://bit.ly/3h0APcP).”

En español, la Fundéu explica: “A partir de Covid-19 e idiota se ha formado covidiota por acronimia. Es adaptación del inglés covidiot y quienes lo emplean se refieren a las personas que se saltan las normas de distanciamiento y confinamiento, y con ello ponen en peligro a los demás (...).”

En México tenemos miles de covidiotas. Busque usted en su Facebook y verá que en muchísimas ciudades hay páginas (covidiotascdmx, por ejemplo) para exhibirlos. Y creo que está bien: se trata de gente francamente corta de entendimiento, como define “idiota” el Diccionario de la Lengua Española. Gente necia a la que no le importa arriesgar a los suyos y poner en riesgo a los demás.

El fin de semana pasado fui a reportear a unas de esas tocadas que están proliferando, a pesar de que los contagios y las muertes persisten. Lo hice abiertamente, grabé sin esconderme, invitado por gente que le gusta salir a esos festejos. Estuve en Estado de México (viernes, un baile en Tlalnepantla) y Ciudad de México (sábado, tres bailes: uno en Gustavo A. Madero y dos en Cuauhtémoc). Cientos de personas bebiendo, charlando, fumando y bailando sin sana distancia, casi todos sin cubrebocas: conté cuatro personas con mascarilla en un baile con más de una centena de participantes. Haga la cuenta de lo que pudo generarse en ese lugar como foco de contagios.

En la pieza televisiva que hice para el noticiero nocturno de Ciro Gómez Leyva (https://bit.ly/2Y3sZb5) simplemente consigné las imágenes: la gente apretujada baile y baile y una frase elocuente de dos mujeres convencidas de lo que decían: “¡Nos vale v%&# el coronavirus!”, corearon a cuadro. Se trataba de personas amables que aceptaron ser entrevistadas y expresar abiertamente sus temerarias creencias.</p> <p> El resultado fue que, al día siguiente de salir al aire, varios personajes que se dijeron sonideros se indignaron con la pieza, a pesar de que a ellos no se les mencionó, más que para decir que la gente bailaba al ritmo del sonido, y profirieron todo tipo de amenazas contra mí y contra quienes me invitaron a las fiestas. También hubo en redes sociales gente que quería debatir, aduciendo que los sonideros, como los mariachis, los tríos y las bandas, pasaron cinco meses sin trabajar y sin llevar dinero a sus hogares. Tienen razón. Lástima que no pude recabar sus testimonios porque se impusieron los violentos.</p> <p> Así las cosas, este viernes me quedé atónito al observar al presidente de la República de gira en Guerrero. Al terminar su acto, él, su esposa, la alcaldesa Adela Román, y el gobernador Héctor Astudillo, se pusieron a platicar cercanamente… sin cubrebocas (https://bit.ly/2PQ7F4q). ¿Por qué hacen eso, 500 mil contagios después? ¿En nombre de qué incrustado machismo? ¿Siguen creyendo que si aparecen con mascarilla darán imagen de debilidad o de miedo? ¿Por qué no pueden asimilar que si portan cubrebocas y piden a todos los mexicanos usarlo podrían salvar hasta más de 49 mil vidas de aquí al 1º de diciembre, según las proyecciones del Instituto de Métricas y Evaluación de Salud (IHME, en inglés) (https://bit.ly/3iKQ2PE)?</p> <p> Un poco de sensatez: hay más de 56 mil familias mexicanas mutiladas y se proyecta que el 6 de noviembre habrá más de 100 mil…<br />  </p> <em>jp.becerra.acosta.m@gmail.com<br /> Twitter: @jpbecerraacosta</em>

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