En la columna anterior (https://bit.ly/3b5t8QS) redacté que entre enero y agosto del año pasado, 108 mil 658 personas fallecieron por la Covid-19 , y que una de cada diez de esas personas (el 10.5%) NO murieron en un hospital. Se trata de 11 mil 409 personas que perecieron en sus casas, en ambulancias, en la calle, en un coche, en el transporte público, pero no en un hospital, de acuerdo a datos provisionales del INEGI .

“¿Por qué?”, pregunté, y plantee una hipótesis en forma de interrogación: “¿Tuvo algo que ver lo que se decía en las conferencias vespertinas al inicio de la pandemia, que no había que ir a hospitales para evitar que se saturaran, que solo fueran quienes ya tuvieran síntomas graves?”

En la página de Facebook del diario, la columna generó más de mil 700 de comentarios de lectores que debatieron si, por esos mensajes, el gobierno federal tuvo responsabilidad indirecta en esas muertes. Además, varios lectores me escribieron por correo (y en mis redes) para contarme sus dolorosas vivencias. Los muertos por Covid no son números, son existencias truncadas, y por eso procuraré ir plasmando aquí sus microhistorias. Hoy, resumidos, solo comparto dos casos…

Reyna del Carmen: “Yo vivo en Ecatepec . Cuando ven que ya necesitas oxígeno o estás grave y eres diabética, no te reciben. Los médicos, por órdenes superiores, no revisan a los pacientes de edad, ya que los mayores están de más: lo digo porque mi cuñada falleció en casa porque no la aceptaron. Que ya estaba muy mal, que era desperdiciar oxígeno, y que podía infectar a más gente. La echaron a la calle como perro. A final de cuentas solo somos números, desde la muerte hasta las votaciones, solo eso somos: números. Fue inhumano. Y hay miedo, porque mueren muy horrible: se ahogan hasta que los pulmones revientan. Es feo. Cuántos casos más habrá y hasta peores que el mío. Bendiciones.”

Lilián: “Mi padre comenzó a tener síntomas una semana antes de su fallecimiento, que fue en mayo. Los doctores que se animaban a ir a verlo no estaban seguros que era Covid. Le hicieron la prueba en Médica Sur (4 mil pesos y 5 días para resultados). Mi padre estaba en casa con medicamentos y oxígeno. Comía, hablaba bien. Llegó al ISSSTE por su propio pie, por recomendación de un doctor. Era derechohabiente... y le negaron el ingreso, argumentando cupo lleno. Lo sacaron de ahí. Después de tantas vueltas, en cuestión de horas se agravó por falta de oxígeno: no encontrábamos a dónde llevarlo. El Hospital Ángeles fue quien lo recibió y lo intubó. Como aún no se sabía que era Covid, nos dejaron estar con él. Obvio, todos contagiados. Mi madre grave en casa. El 911 llegó y no se la quisieron llevar. Tampoco a mi hermano. Yo fui la afortunada de que finalmente me recibieran en el IMSS, pues ya traía amenaza de infarto. Diez días de terror ahí. El acta de defunción de mi padre dice “neumonía”. Después del fallecimiento llegaron los resultados de laboratorio: Covid. Esto es un ejemplo, también, de mucha gente que no está contabilizada.”

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Tengo un amigo muy querido que esta semana, después de ver que el Presidente reiteró que no usará cubrebocas ni promoverá su uso, me escribió esto: “Tú sabes que siempre voté por Andrés Manuel , pero ya estuvo. Mira, que se burlara hace un año del cubrebocas, cuando la OMS todavía no determinaba que esto era una pandemia, se lo pasé, porque la OMS recomendó su uso hasta mayo. Pero después, ¿por qué no rectificó? Se trataba de promoverlo masivamente para evitar contagios y salvar vidas. Ahora que enfermó, estaba seguro de que volvería más humilde y que alguien le haría entrar en razón de que el cubrebocas puede reducir contagios hasta en un 96%. Y no. ¿Sabes? Creo que ya fue demasiada soberbia, “machismo sanitario”, como dices. El próximo año, le voy a revocar el mandato. Seguramente va a ganar, pero le voy a revocar el poder. Por mi consciencia, por mis convicciones, por salud mental. ¿Cómo la ves, carnal?”

La veo igual, porque yo también voté por él, así que haré lo mismo que mi amigo. Al menos será un acto simbólico y de depuración espiritual.

Y usted, y tú, ¿cómo la ven?

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