Estamos en el Palacio de Elíseo. O en la Casa Blanca. O en la sede presidencial del país que usted quiera, que no sea México. Vuelvo a Francia…

-Señor Presidente, le informo de este asunto de los periodistas… -se sienta el Primer Ministro en una silla frente Emmanuel Macron-. Aquí tengo ya las cifras de todo el país, luego de que a principio de año asesinaron a estos tres periodistas, dos en Costa Azul, en Marsella, y uno en Borgoña, en Dijon.

“Lo escucho, Señor Primer Ministro”, le da consentimiento para iniciar, y Jean Castex le informa lo siguiente:

-Desde el año 2000 y hasta 2022 han asesinado a 128 periodistas en todo el país, de acuerdo a lo recabado por una asociación internacional llamada Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés)

(https://cpj.org/data/killed/2021/?status=Killed&motiveConfirmed%5B%5D=Confirmed&motiveUnconfirmed%5B%5D=Unconfirmed&type%5B%5D=Journalist&cc_fips%5B%5D=MX&start_year=2000&end_year=2022&group_by=location).

-También hay 15 periodistas desaparecidos (https://cpj.org/data/missing/?status=Missing&cc_fips%5B%5D=MX&start_year=2000&end_year=2022&group_by=location).

-En el tiempo que lleva en el poder el actual gobierno federal, han sido asesinados 52 periodistas en el país.

Como usted verá, eso no ocurre en Francia, sino en México, pero juego con la imagen para tratar de dimensionar el problema. ¿Cómo reaccionaría la sociedad francesa, o la estadunidense, o la argentina, o la brasileña, o la que usted guste, si eso ocurriera en su país, 128 periodistas asesinados en 22 años? ¿Cómo actuarían los medios de comunicación?

-De acuerdo al documento “Agravios contra personas defensoras de derechos humanos y periodistas”, del gobierno federal de México, hasta el momento hay en el país 495 periodistas que requieren protección, ya que los pueden matar. Sí, ¡495 periodistas en peligro de ser asesinados! Son 136 mujeres y 359 hombres que actualmente están en el denominado Mecanismo de Protección que atiende la Secretaría de Gobernación (http://www.alejandroencinas.mx/wp-content/uploads/2021/10/PRESENTACIO%CC%81N-FINALMECANISMO-.pdf). El crecimiento de personas auxiliadas a través de este instrumento (incluidos defensores de derechos humanos) ha sido de 88% durante este la actual administración.

-¿Dónde son asesinados los periodistas, cuáles son los lugares más peligrosos? Entre diciembre de 2018 y hasta septiembre de 2021, de 47 homicidios de periodistas registrados, seis entidades concentraban el 61% de los homicidios (29). Sonora, Guerrero, Veracruz, Michoacán, Estado de México y Oaxaca. Ahora habrá que agregar a Baja California.

¿Dónde están los periodistas resguardados para evitar que los maten? El 54 % de los periodistas incorporados al mecanismo se concentra en seis estados: Ciudad de México (76), Guerrero (56), Tamaulipas (46), Quintana Roo (41), Sonora (26) y Veracruz (26). Sobre Ciudad de México, cabe mencionar que no pocos periodistas agredidos han tenido que huir de sus entidades y son resguardados en la capital del país, donde pueden estar mejor protegidos, así que no es que se trate necesariamente de periodistas chilangos asediados por capos locales o autoridades represivas de esta ciudad.

SICARIOS INSTITUCIONALES

-¿Quiénes fueron los presuntos asesinos, de acuerdo al documento del gobierno federal? Contra lo que uno podría pensar, no, la mayoría no fueron víctimas del crimen organizado: el 43.1% de los “agentes agresores” eran “servidores públicos”, lo que nos habla de los cacicazgos políticos locales que siguen amenazando a los periodistas, como en las peores épocas del PRI.

El 33.5% eran agresores de “delincuencia organizada”.

Ahora bien, eso no descarta que ese 76.6% de agresores no fueran lo mismo, servidores públicos convertidos en crimen organizado, o miembros del crimen organizado convertidos en autoridad local, como ha sido documentado en tantos casos, por ejemplo, con alcaldes y policías municipales al servicio de la mafia.

En el 23.4% de los casos el “agente agresor” no está identificado.

¿Por qué tantos asesinatos contra periodistas? ¿Cómo se explica esta virulencia, esta saña? De acuerdo al documento del gobierno federal, se debe a estas razones: “Crimen organizado, impunidad, corrupción y colusión entre autoridades y grupos delictivos, además del incumplimiento de las obligaciones que tienen municipios y estados en la materia, y la falta de cultura sobre la importancia que tiene la labor de periodistas y personas defensoras de derechos humanos”.

Resalto la impunidad como muestra de un Estado fallido y de un estímulo inobjetable para matar, una licencia permanente otorgada a criminales y autoridades corruptas, un aval sin caducidad para que silencien a quien quieran y donde quieran a punta de balazos: de acuerdo al estado de las investigaciones de los casos, de los 47 periodistas asesinados hasta septiembre pasado, solo se ha dictado sentencia en… ¡5 casos (10.63% del total)! Esto es, una impunidad del 89.37%.

Es decir, que en nueve de cada diez casos los sicarios no son castigados, ni mucho menos quienes lo contratan.

Vuelvo al inicio: ¿qué pasaría con un informe semejante en Francia o en Estados Unidos? Caerían gobiernos municipales y estatales, cesarían a funcionarios federales.

¿Y en México? Nada, no pasa absolutamente nada.

Cesemos ya de normalizar estas aberraciones injustificables que minan la democracia porque imponen extensas zonas de silencio, donde el periodismo no se puede ejercer en libertad. Y sin libertad de prensa, cualquier nación se precipita hacia un abismo de autoritarismo criminal y político…

BAJO FONDO

Volvamos al Elíseo por última vez en esta columna: ¿qué dijo el Presidente luego de que el Primer Ministro le informara sobre las agresiones contra periodistas?

-Sr. Primer Ministro, hablaré de ello en mi conferencia de prensa y diré lo que pienso, lo le acabo de comentar sobre la prensa crítica.
-Sr. Presidente, yo creo que eso no es prudente…

El Presidente lo ignoró y, en su conferencia de prensa matutina, dijo que el gobierno investigará los homicidios y que es su deber garantizar la libertad de expresión, todo muy bien, hasta que, con una extraña mueca en el rostro, como de media sonrisa, tuvo este exabrupto contra la prensa:

“Son muy pocos los periodistas, mujeres y hombres, que están cumpliendo con el noble oficio de informar. La mayoría están buscando cómo caemos, bajo la máxima aquella de que “si la ensartas, pierdes; y si no la ensartas, perdiste”. Entonces, tenemos que estar pendientes de Le Monde y de Le Figaro y etcétera, etcétera, etcétera. Muy bien. Y además de eso, respetar la libertad de manifestación, de expresión, el derecho a disentir, pero ganarles en el debate. Y si se puede, exhibirlos, cada vez más, como tendenciosos, como prensa vendida, alquilada, al servicio de minorías rapaces. Pero, ese es un debate en buena lid…”

Vaya. Imagine usted el escándalo en una democracia consolidada por este arranque de intolerancia hacia la prensa crítica de un presidente. Obviamente eso no sucedió en Francia, sino que ocurrió este viernes en México (https://twitter.com/jpbecerraacosta/status/1487096365771591688?s=20&t=qf0GX91R14cGDAk4W1xlag).

Caray, qué reprobable, apenas unos días después de que asesinaran a tres periodistas y en medio de un permanente ambiente hostil contra decenas de periodistas a manos de caciques locales y criminales que tienen licencia para matar. Vaya insensibilidad, por decirlo sutilmente. Nada más que agregar…


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