No se detiene. Parece que no hay manera de contenerlo, gobierne quien gobierne, porque no es un asunto nada más de políticas públicas (que son indispensables), sino de raigambre. Está muy enquistado, hasta la médula de la cultura nacional, el infame, violento, e impune México macho, el México machito que cada vez está peor, a pesar de las constantes protestas en las calles.
Revisemos las cifras más recientes del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que abarcan hasta octubre de este año…
4,364 mujeres han sido víctimas de feminicidio desde 2015. Sí, cuatro mil trescientas sesenta y cuatro niñas, adolescentes, jóvenes y adultas fueron asesinadas brutalmente en casi seis años (en cinco años y diez meses). Eso implica que, cada año, un promedio de 727 mujeres han sido matadas con saña, con odio, con misoginia. Exterminadas por el hecho de ser mujeres. Dos casos por día. Uno cada doce horas.
Sí, este sábado habrá dos machos que matarán despiadadamente a dos mujeres, probablemente a sus parejas, a sus esposas, a sus novias, porque la mayoría de los casos de homicidios de mujeres ocurren en círculos cercanos de las víctimas: cuando los cadáveres de mujeres asesinadas han sido intervenidos por médicos legistas, y han podido identificar el vínculo del homicida con ellas, ha resultado que, en cuatro de cada diez casos, el asesino era… su pareja, de acuerdo con datos recabados por el INEGI en certificados de defunción.
Y mire usted, cuando fue posible establecer el tipo de entorno familiar que habían tenido las mujeres asesinadas, resultó que seis de cada diez padecían violencia familiar. No hubo alerta que funcionara en esos casos, no hubo protección del Estado mexicano que fuera eficaz. Espeluznante dato que exhibe la vulnerabilidad en la que yacen miles de mujeres en su propia casa, con la pasividad cómplice de la sociedad que les rodea.
Hay que recordar, una y otra vez, que según datos del INEGI, cuatro de cada diez mujeres (44%) han sufrido violencia de pareja, y en esos casos, seis de cada diez (64%) ha sufrido violencia severa o muy severa: se trata, lea bien, de 12.2 millones de personas, 8.2 millones de mujeres que han padecido violencia severa, y 4 millones que han sufrido violencia muy severa. Vaya país perverso con tantas de sus mujeres.
“Moretones o hinchazón, ardor o sangrado vaginal, desmayos, cortadas, quemaduras, pérdidas de dientes, hemorragias, fracturas, hospitalizaciones, operaciones, enfermedades de transmisión sexual, incapacidad para mover alguna parte de su cuerpo”, entre otras barbaridades, forman parte del catálogo de terror que los machitos mexicanos creen que tienen derecho a causarles a las mujeres.
Volvamos a las cifras: una mujer víctima de feminicidio cada doce horas, en promedio. Así que, hoy, y el domingo, y cada día, un tipo por la mañana y otro por la tarde, golpearán y asesinarán a dos mexicanas… porque son mujeres y ellos machos. Porque se les da la gana y porque este país lo permite, lo tolera.
Y esto va creciendo: en 2015 hubo 411 feminicidios en el país. El año pasado, más del doble: 937. Este año, hasta octubre, van 777 casos, prácticamente el mismo promedio mensual que en 2019: 77.
Ahora agreguemos a esas estadísticas los homicidios dolosos contra mujeres, siempre en crecimiento: en 2015 hubo 1,735 casos y en 2019 se perpetraron 2,874 (7.87 por día). En 2020 van 2,384 (igual, 7.81 por día). El peor registro mensual fue en abril de este año, en plena pandemia, con 265 casos. Qué suplicio ha sido esta contingencia para tantas mujeres atrapadas en mazmorras con sus verdugos.
Son 14 mil 483 mujeres víctimas de homicidio doloso desde 2015. Si sumamos las víctimas de feminicidio en el mismo periodo (4,364), son 18 mil 847 mujeres asesinadas en casi seis años, 3,141 por año en promedio, al menos ocho mujeres exterminadas cada día, una cada tres horas. Qué vergüenza de país misógino. ¿O usted está muy orgulloso de esta infame y violenta cultura macha?