El jueves 9 de octubre de 1997, hace 23 años y medio, un devastador huracán categoría 4, con vientos de hasta 240 kilómetros, azotó Acapulco . Se llamaba Paulina y provocó la muerte, nada más en el puerto, de más de cien personas, y causó cientos de heridos. Aunque siempre hubo polémica por las cifras de la devastación, ya que los gobiernos priistas eran absolutamente opacos, se estima que el huracán destruyó 5 mil viviendas y afectó 25 mil más, entre las cuales 3 mil quedaron sin techo.
La mayoría de los muertos y heridos era gente pobre que habitaba en colonias y asentamientos irregulares, en casas construidas con materiales endebles a orillas de barrancas y arroyos que estaban secos. Por ejemplo, a la vera del río El Camarón , que bajaba desde un cerro, atravesaba zonas habitacionales, y desembocaba en la Bahía de Santa Lucía. Ahí, en su caudal, se formó una especie de tsunami que engulló todo en su violento descenso: personas, animales, viviendas, coches, piedras gigantescas, descomunales rocas que aplastaron todo. Aquí puede ver usted una elocuente fotografía: https://bit.ly/3b9jQnK.
Tres semanas después de la catástrofe, fui a hacer una crónica, para ver cómo recordaba la gente a sus difuntos, ya que era día de muertos (pusieron cientos de veladoras en las calles y arroyos). Llegué a una ribera, donde me topé con unas cuantas casas muy endebles, construidas con láminas, ramas y palos delgados. Unas estaban descuartizadas, otras apenas se sostenían. Nadie andaba ya por ahí. Solo había restos de pertenencias: libros de texto, estampitas religiosas, ropa, huaraches.
A unos metros de una vivienda desmembrada hallé un esbelto poste gris ladeado, a punto de caer, como los usados para señalar las calles en cualquier ciudad, con el inverosímil nombre de la “colonia”, que en realidad era un pequeño asentamiento irregular y riesgoso al lado de las fauces rocosas del río: “Colonia El Líder Está Presente”.
Así. Colonia-el-líder-está-presente. De ese tamaño el agravio, la ofensa, el abuso, el cinismo. De ese tamaño la impunidad. No era metáfora. Era una estampa que ilustraba lo que sucedía en el país: harta la gente del régimen, ese año el tambaleante partido de estado perdió, por primera vez, la mayoría en la Cámara de Diputados , y tres años después fue echado de Los Pinos a punta de votos (aunque regresaría, dos sexenios después, en insolente versión mirreyes).
La gente que habitaba el área había sido traída desde la zonas serranas, con promesas no solo de que vivirían en un lugar seguro y bonito, “al lado de un río y cerca del mar”, sino de que tendrían títulos de propiedad y empleos bien pagados, o apoyos sociales, pero eso sí, a cambio de demostrar su agradecimiento con votos y movilizaciones a favor del PRI.
Lo que sucedió en la Línea 12 del Metro de Ciudad de México es algo equivalente. Las 26 personas que murieron ahí perecieron porque las engañaron, al igual que a las decenas de heridos y a las alrededor de 200 mil persones modestas que cada día se transportaban en los trenes: les dijeron que podrían viajar de forma segura todos los días, toda su vida, en unos vagones muy lindos que tenían una vista muy chula, y que eso les haría la vida menos dura y más barata.
Como lo hicieron los priistas con aquellos guerrerenses, a los tlahuaquenses les mintieron los perredistas-morenistas. Desde el principio ha habido indicios y evidencias en forma de auditorías, estudios, reportajes y denuncias ciudadanas, en el sentido de que esa línea se construyó mal y se mantuvo peor. En Tláhuac no hubo huracán, hubo corrupción y negligencia, y hay responsables materiales y políticos entre las empresas que construyeron la línea (ICA, Alstom, Carso), entre los funcionarios que administraron el Metro, y entre los personajes que han gobernado: Marcelo Ebrard , Miguel Ángel Mancera y Claudia Sheimbaum .
Este crimen —porque eso es, no es un “incidente”—, que costó 26 vidas, tiene autores materiales e intelectuales. Y deben pagar, y no solo en la plaza pública, sino en los juzgados y en los reclusorios. ¿O la llamada 4T quiere seguir emulando los excesos e impunidades del PRI, hasta que sea echada a punta de votos?
Twitter: @jpbecerraacosta