El miércoles pasado el jurado del Premio Nacional de Periodismo 2022 hizo un pronunciamiento sobre las difíciles condiciones en que trabajan la mayoría de los periodistas de este país. Vale la pena repasar algunos de los puntos que plantearon los miembros de ese cuerpo colegiado, luego de que revisaron los 1,024 trabajos concursantes, pero antes me detengo en algo que reconforta:

“Corroboramos con beneplácito que en nuestro país se produce un periodismo de muy alta calidad”, escribieron.

Estupenda noticia, porque el periodismo mexicano está bajo el acecho de muchos poderes y cientos de reporteros arriesgan sus vidas cada jornada. No es metáfora: todos los días, en distintos municipios y estados de la república, nuestros colegas son agobiados por criminales o políticos. Los temas más recurrentes que halló el jurado retratan esa lamentable realidad: “La violencia, el crimen organizado, la perspectiva de género, los feminicidios, la defensa de los derechos humanos y de la libertad de expresión; las desapariciones forzadas, el acceso a la información, la corrupción e impunidad (…)”.

Ese es el México de hoy en el que tienen que sobrevivir los periodistas. Y lo hacen en condiciones deplorables. Expongo preocupaciones del jurado: 1. La precarización laboral mantiene “al gremio” con limitaciones en el acceso a sus derechos básicos. Esto no sólo afecta las condiciones de vida de nuestros colegas, sino que perjudica al propio oficio, “ya que periodistas se ven obligados a centrarse en noticias superficiales debido a la falta de recursos y tiempo para (emprender) investigaciones profundas y (practicar) una rigurosa verificación de datos.”

Pues sí, quién tiene tiempo para reportear temas complicados y riesgosos durante semanas y semanas (o meses), y luego quién dispone de mucho más tiempo para escribir chulamente, si apenas tienes para comer y mantener a tus seres queridos, y por tanto estás preso en la cobertura diaria que te garantiza un sueldo raquítico.

2. Pese a la creación de leyes y programas en favor de la equidad de género, este problema sigue siendo un tema pendiente en México y las redacciones no son ajenas al machismo que empantana a la nación.

“La brecha de ingresos en México, resaltada por el IMCO en su informe de 2022, donde las mujeres ganan un 86% de lo que perciben los hombres, refleja las barreras que las periodistas enfrentan en el ámbito laboral, incluyendo la carga de trabajo no remunerado. Además, el informe del Reuters Institute en el mismo año subraya la escasa presencia de mujeres en roles de liderazgo en los medios de comunicación, especialmente en países latinoamericanos como México. Esta falta de representación se manifiesta en el reducido número de trabajos presentados por mujeres en el Premio Nacional de Periodismo”, alerta el jurado.

Qué vergüenza, porque el país está lleno de talentosas periodistas y sólo algunas logran romper techos de cristal. “En México ha habido un avance limitado en la presencia de mujeres en posiciones de liderazgo en las salas de redacción. Para abordar esta disparidad, consideramos fundamental promover la paridad de género en las jefaturas y direcciones de medios (…)”, demandó el jurado.

3.- Es inadmisible que continúe el descrédito, estigmatización, ataques y violencia contra el periodismo y quienes lo ejercen. Es fundamental proteger a los reporteros que se arriesgan por informar y exhibir los excesos de criminales y poderosos porque yacen en “extrema vulnerabilidad”.

Que no se olvide, de Palacio Nacional para abajo, pasando por los cárteles: nuestro deber es pesquisar e informar, auscultar a los poderes, no ser voceros o propagandistas de nadie, ni tampoco activistas, porque entonces dejaríamos de ser periodistas para convertirnos en pequeños émulos de Goebbels, o sicarios con una pluma en calidad de fusil.

Y sin prensa libre, la democracia siempre estará bajo acecho.

BAJO FONDO

“Hubo 780 mil muertos” por la pandemia, dijo ante la cámara y el micrófono de Ciro Gómez Leyva, sin inmutarse un solo segundo.

Repito: 780 mil mexicanos muertos.

Salvo que yo lea o interprete mal, ese dato no coincide con las cifras oficiales del gobierno federal, que marcan 638 mil, pero bueno, él sabrá de dónde saca las otras 142 mil muertes más (). Quizá del recuento de defunciones totales del INEGI. O de un desaseo propio, vaya usted a saber.

De los números sobre exceso de mortalidad del gobierno federal (las 638 mil muertes citadas), más de 511 mil fueron por Covid y asociadas a Covid, y el resto fueron “exceso de defunciones” ocurridas durante la pandemia por diversas causas, como tratamientos médicos postergados ante la emergencia pandémica.

Pero bueno, hagámosle caso el señor: 780 mil mexicanos muertos a causa de la pandemia. Casi ocho estadios Azteca llenos de cadáveres.

Luego, impertérrito, como si él no hubiera sido el mariscal responsable de la desastrosa estrategia durante los primeros meses de la Covid-19 -hasta que se presentó la inaudita crisis de oxígeno y la saturación de hospitales-, se pasea por Ciudad de México y pide que votemos por él.

Sí, el señor del no hace falta ponerse cubrebocas cree que se desempeñó muy bien, tiene la certeza de que él nos regaló las vacunas, está seguro de que le debemos la vida, y quiere ser Jefe de Gobierno… justo del lugar donde la mujer que gobernaba le llevó la contra, se colocó su cubrebocas, ordenó a todos hacer lo mismo, y con ello probablemente salvó miles de vidas.

No es que el caballerito apele a la desmemoria de los votantes, es que confía en que los ciudadanos somos absolutamente estólidos.

Pobre.

Iba a agregar “güey”, pero lo dejo en “pobre”.

Twitter: @jpbecerraacosta

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS