Hoy es sábado 2 de diciembre del 2023. Por si alguien lo había olvidado, o no sabía la fecha, justo en seis meses -el 2 de junio del 2024- los mexicanos votaremos para definir el resultado de la elección presidencial. Parece mucho tiempo, pero no es nada: sólo faltan 183 días. Eso es todo: 26 semanas. Y hasta este momento, de acuerdo a la última encuesta de Buendía & Márquez para EL UNIVERSAL, publicada el lunes pasado, Claudia Sheinbaum parece invencible (48 % de intención de voto).
¿Lo es? Le lleva 24 puntos de ventaja a Xóchitl Gálvez (la panista tiene 24 % de intención de voto) y eso, en la fotografía de hoy, en el arranque de las precampañas, parece una ladera irremontable: Claudia tendría que perder cuatro puntos porcentuales por mes, uno por semana. Para que eso ocurriera, su campaña tendría que convertirse en un caos semanal. Simultáneamente, Xóchitl tendría que orquestar un verdadero prodigio de estrategia proselitista y captar todos y cada uno de esos cuatro puntos sin que Samuel García (8 %) le robe uno solo.
¿Cómo van a lograr eso Xóchitl y los miembros de su war room? ¿Su flamante estratega, Max Cortázar, va a reditar la eficiente campaña que el español Antonio Sola y él diseñaron para Felipe Calderón en el 2006, con aquellos tremebundos (e ilegales) spots del empresariado alertando sobre un inminente caos nacional si ganaba Andrés Manuel López Obrador? ¿Le van a aplicar a Sheinbaum su propia guerra sucia, o nada más algo muy certero equivalente al “un peligro para México” y el “cállate chachalaca”, frases que tanto perjudicaron a AMLO?
Quizá Xóchitl y los suyos logren diseñar una batería de videos contundentes, una campaña negra. Eso muy factible, pero un resbalón de su contrincante NO depende de la eficacia grupal de las mujeres y hombres de la panista, sino que está supeditado a Claudia, a que tropiece. Esperar semejante ventura como estrategia de campaña es casi un suicidio. De hecho, políticamente lo es: representa entregar la elección desde ahora. ¿Eso van a hacer, esperar un milagro cristero?
Y hay más, porque la enorme distancia entre una y otra candidata en la fotografía electoral de esta semana no es la peor noticia para Xóchitl: entre los ciudadanos que se dicen panistas sólo el 71 % votaría por ella y el 12 %... ¡sufragaría por Claudia! Algo les molestó mucho a esos militantes y/o simpatizantes blanquiazules durante la elección primaria. ¿Quizá la cercanía con el PRI de “Alito” Moreno y todo lo que eso representa como vitrina de la vieja escuela priista? Además, el 4 % de los panistas se iría con Samuel y el 13 % no responde. En el PRI son más leales (o disciplinados) con ella: 84 % le daría su voto, el 10% emigraría rumbo a Samuel, y el 6 % no responde. Como comparativo, el 93 % de quienes se dicen morenistas votaría por Claudia y sólo el 1 % optaría por Xóchitl. El 3% se iría con Samuel y el mismo porcentaje de gente no responde.
Pero eso no es todo: la encuesta de EL UNIVERSAL derrumba el mito ciudadano anti AMLO. Según continúan diciendo los intelectuales y opinadores que odian a López Obrador, los independientes le darán el triunfo a Xóchitl. Lamento ser yo quien les dé la mala noticia, pero en este momento eso no parece factible: hoy por hoy la intención de voto de esos electores se va, mayoritariamente, con Sheinbaum (39 %). Sólo el 18 % de los independientes votaría por Xóchitl y el 8 % prefiere a Samuel. La esperanza para la panista se centra en el 35% de “no respuesta” de esos muchos mexicanos que no se identifican con ningún partido.
Adicionalmente, se resquebraja otra leyenda urbana de café: que los jóvenes no votarán por Claudia. Otra vez, no repudien al mensajero: entre los mexicanos de 18 y 29 años sólo el 23 % quiere votar por Xóchitl, mientras que más del doble desea hacerlo por Claudia: 48%. Está más cerca Samuel de la panista: tiene el 14 % y hay un 15 % de no respuesta.
Finalmente, otra errónea apreciación de la comentocracia se hunde: que la gente con mayor nivel académico votará por la oposición. Pues no: entre aquellos mexicanos con licenciatura o más grados de estudios la mayoría (42 %) dice que votará por Claudia y sólo el 25 % sufragará por Xóchitl. El 12 % opta por Samuel y el 21 % no da respuesta.
Ánimo, Max y compañía.
BAJO FONDO
Hay un elemento en las encuestas que los opositores se niegan a aceptar y por ello siguen en absoluta negación, lo cual a estas alturas es una terquedad brutal: que, a pesar de todos sus excesos (que no son pocas arbitrariedades), la mayoría de los mexicanos se identifica con el Presidente. Seis de cada diez se dicen lopezobradoristas. EL UNIVERSAL ya lo había dado a conocer y yo lo había reseñado y comentado en esta columna (https://is.gd/pUv6lu) y ahora es otra casa encuestadora la que informa de algo similar: casi siete de cada diez mexicanos (68 %) piensa que lo mejor para México en este momento es que siga gobernando Morena, contra sólo el 25 % que opina lo contrario. El 7% no sabe o no contestó la encuesta de Covarrubias y Asociados.
Pues eso, suerte por allá, también para Santiago Creel.
Twitter: @jpbecerraacosta