Seguramente has escuchado hablar de los fenómenos meteorológicos de El Niño y de La Niña , pero ¿sabes cómo nos afectan?, aquí quizá no tienes una respuesta tan clara.

En términos muy prácticos, denominamos fenómeno de El Niño cuando se presenta un calentamiento anómalo en el Océano Pacífico , lo que provoca que se evapore más agua, se generen más nubes y éstas, al entrar en tierra y condensarse, susciten una mayor cantidad de lluvias.

Por el contrario, cuando existe un enfriamiento anómalo del Océano Pacífico, lo conocemos como fenómeno de La Niña y, dado que se evapora muy poca agua, se originan las condiciones de sequía que sufrimos en gran parte del territorio nacional.

El pasado 8 de diciembre la UNAM informó que, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial, por primera vez en el siglo XXI el fenómeno La Niña tendrá un tercer episodio consecutivo.

Pésimas noticias para un país con una cultura tan incipiente del cuidado, consumo responsable y gestión del agua, así como con una infraestructura hídrica y de saneamiento vieja, descuidada e insuficiente.

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, México ha sufrido en los últimos dos años una sequía “severa”, que en el noroeste y el noreste del país el organismo la ha definido como “extrema”. Los habitantes de la ciudad de Monterrey tienen muy presente lo que ha significado para sus vidas la disminución de lluvias.

Los años previos, en la temporada de estiaje entre los meses de abril y junio, alrededor de 60 presas grandes, principalmente en el norte y centro de México, presentaron niveles por debajo del 25 por ciento de su capacidad.

¿Qué podemos esperar con este escenario?, en primer lugar, lo obvio: se reducirá el suministro de agua desde los embalses, lo que ocasionará que miles de mexicanos (probablemente millones) se quedarán sin abastecimiento constante de agua potable en sus hogares.

En este punto es importante resaltar que, de acuerdo con la Red Nacional de Medición de la Calidad del Agua , más del 70% de los pozos y ríos disponibles en México están contaminados. Al tener menor caudal aumentará la concentración de agentes patógenos, es decir, tendremos agua de peor calidad.

Ello puede significar una crisis sanitaria, pues en México tenemos un problema creciente con el agua que se comercializa a través de las “rellenadoras de agua”, pues la gran mayoría de estos giros se abastecen directamente del agua corriente, que vendrá más contaminada, y los equipos de potabilización que tienen rara vez reciben el mantenimiento y supervisión que se requiere para generar agua de calidad.

Debemos ser más conscientes que nunca sobre la calidad de agua que bebemos, pues muchas enfermedades, algunas de ellas muy graves como el cólera, la hepatitis y la poliomielitis , se transmiten a través del agua contaminada.

Volviendo al tema de la sequía, otro conflicto con el que tendremos que lidiar será la agricultura; millones de hectáreas de cultivos estarán en riesgo con la escasez de agua. Esto impactará en la economía y en el desabasto de productos. Por ejemplo, Sinaloa, principal productor de maíz del país, será uno de los estados que más resentirán el fenómeno de La Niña.

¿Cómo nos podemos preparar?, trataré de ahondar en esta pregunta en próximas entregas, pero con tan poco tiempo para hacer algo, generar campañas masivas de difusión para socializar el problema será un buen inicio. Lo malo es que ya tenemos el tiempo encima y a La Niña lista para golpearnos.

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Presidente de la Asociación para la correcta Hidratación AC, 

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