Mucho se ha hablado sobre la llegada de la mega planta de Tesla a Monterrey. Entre las principales preocupaciones está, sin duda, la necesidad de agua que dicha planta tendrá para sus procesos internos.

Incluso el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a “vetar” a Nuevo León como destino de la armadora de autos eléctricos, argumentando, precisamente, la falta de agua que ha padecido la entidad.

A pesar de ello, se confirmó el arribo de Tesla a Monterrey, dejándonos la preocupación de si de verdad se incrementará el problema de agua en una de las ciudades más pobladas del país.

Es cierto que Nuevo León, al igual que casi todo el norte del territorio nacional, tiene un problema de estrés hídrico que, luego de dos años consecutivos de sequía por el fenómeno de La Niña, se ha acentuado. El año pasado, buena parte de la población regiomontana pasó más de dos meses con muy poca agua.

Lo primero que debemos preguntarnos es cómo se usa el agua en México. La agricultura consume más del 75% del agua disponible en el país; el abastecimiento público usa un 15%; el sector de generación eléctrica casi el 5%, y la industria autoabastecida otro 5% de agua.

Lo anterior nos muestra que la industria no sólo no es el principal problema, sino que puede ser una gran alternativa para el mejor uso del agua.

Hay al menos 3 acciones concretas que nos ayudarían a mejorar el uso del recurso: 1. La tecnificación del riego es la mejor solución para que el agro aumente su producción y pueda ceder volúmenes de agua a los demás sectores; 2. La captación de agua de lluvia, que año con año se combina con el drenaje y, lejos de aprovecharse, termina por contaminarse debido a su mal manejo; 3. El tratamiento de las aguas residuales; en México sólo se trata el 40% del agua residual. De hecho, este tipo de agua es la que usa la industria automotriz en mayor medida.

Si tecnificáramos el sector agrícola, tratáramos y reutilizáramos el agua residual, y aprovecháramos el agua de lluvia, podríamos aportar los volúmenes necesarios para que cientos de empresas se ubiquen en la zona de la frontera, la cual es, por características propias, la que presenta mayor escasez y es más susceptible ante las sequías, pero también es la zona más atractiva para las empresas que buscan acomodarse en el ajuste mundial de las cadenas de suministro, debido a que en dicha franja existe una mejor conectividad, un capital humano más capacitado y proveedurías de calidad.

Es importante recordar que Tesla tiene plantas en lugares semidesérticos, como Texas, o con severo estrés hídrico, como California o Berlín. La propia compañía ha informado que utiliza menos agua que cualquier fabricante de autos de combustión interna. De acuerdo con su informe de impacto 2021, Tesla gasta 2,000 litros de agua por cada auto fabricado, alrededor de la mitad del agua que gasta, en promedio, la industria por cada unidad.

En definitiva, la escasez de agua seguirá en Monterrey y en todo el norte del país. Este hecho nos exige un reajuste en la gestión del agua, no sólo en la industria sino en todos los demás sectores que dependen de dicho recurso, pues poner atención en ello sería benéfico para México y su desarrollo. Países como Israel, Sudáfrica y Arabia Saudita han sabido adaptarse a características similares y son referentes en temas de producción agrícola y de desarrollo, a pesar de la escasez del agua que enfrentan. El mundo nos está exigiendo un cambio, hacerlo en este momento de coyuntura podrá ser un importante envión para futuras generaciones.

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bmc
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