En últimas fechas hemos sido testigos de varios temas relacionados con el agua que han comprometido de alguna forma la Seguridad Nacional. Mencionaré los más destacados:
El pasado 25 de octubre el huracán Otis embistió Acapulco. A poco más de un mes de este suceso, la falta de agua se ha vuelto cada vez más evidente, y el Organismo Operador local se felicita por suministrar el tan necesario líquido a sólo el 50% de los hogares. La falta de preparación de los entes encargados de suministrar agua está afectando a la población, que no sólo necesita agua para las actividades diarias, sino para subsistir, enfrentar enfermedades y salir adelante ante esta adversidad.
Por otro lado, en semanas anteriores, el Valle de México declaró un estado de emergencia debido a los niveles históricamente bajos de las presas que abastecen el Sistema Cutzamala, en parte, debido a la sequía que hemos padecido los últimos años. La CONAGUA, a través del Organismo de Cuencas Aguas del Valle de México, anunció la reducción de la entrega de agua en 9.2 metros cúbicos por segundo. Esto significa que la planta está trabajando a menos del 40% de su capacidad, y recordemos que el Sistema Cutzamala proporciona el 40% del agua necesaria para la vida diaria en la Ciudad de México.
Este sistema se abastece mediante un equilibrio de siete presas (Tuxpan, El Bosque, Colorines, Ixtapan del Oro, Valle de Bravo, Villa Victoria y Chilesdo), para que éstas recobren sus niveles, no sólo basta con que el dios Tláloc nos bendiga, sino que se clausuren las miles de tomas clandestinas para cultivos y reservorios privados con objetivos turísticos que actualmente operan y que contribuyen a la sobreexplotación de todo el sistema.
Como individuos, es hora de ser conscientes del valor del agua que desperdiciamos día a día, ser cuidadosos con su uso en las actividades cotidianas como bañarse, lavarse los dientes o lavar la ropa y los trastes. Por parte del gobierno es importante invertir recursos, esfuerzos y tecnología para reducir el porcentaje de agua que se pierde en fugas y tomas clandestinas, que actualmente asciende al 45%.
También es imperativo que el gobierno garantice la legalidad en la operación de los negocios rellenadores de agua, pues contribuyen a la sobreexplotación del recurso, ya que muchos de ellos se abastecen de las tomas clandestinas. Aunado a ello, estos negocios venden el agua sin cuidar el mantenimiento, la limpieza y la higiene necesarios para proporcionar un producto de calidad y, por si fuera poco, las rellenadoras normalmente no pagan impuestos sobre un recurso tan preciado que hoy es cada vez más escaso para el Valle de México.
Otro hecho que impacta a la población es los cada vez más frecuentes casos de equipos de bombeo o plantas de tratamiento que se quedan sin energía eléctrica. De acuerdo con datos de la CFE, las interrupciones en el suministro de energía eléctrica han aumentado y esto contribuye a la falta de una operación planificada de los sistemas de abastecimiento de agua.
En este contexto, si no cuidamos todos los aspectos del agua, poco podemos hacer para tener sistemas confiables para su abastecimiento. No sólo se trata de la explotación del agua, sino también del uso y reuso que le damos. Es necesario que tomemos conciencia y mantengamos los sistemas porque hoy más que nunca el agua se ha vuelto un tema de Seguridad Nacional.
Presidente de la Asociación mexicana para la correcta Hidratación, AC. (Agua en México)