La gestión del agua en México se ha convertido en uno de los desafíos más apremiantes del siglo XXI. Con una creciente población y una economía en constante expansión, el país enfrenta una presión sin precedentes sobre sus recursos hídricos. Este problema, aunque latente desde hace décadas, ha alcanzado niveles críticos en los últimos años, impulsando la necesidad de políticas públicas efectivas y una mayor conciencia social sobre la importancia del agua.

La falta de acceso a agua potable y saneamiento es una realidad para millones de mexicanos. Esto se refleja en el decremento de la calidad del agua en todos los sentidos y en todos los sectores. El más apremiante es el de las rellenadoras que ofrecen agua para consumo humano.

Agua en México mandó hacer un estudio sobre estos establecimientos en la Ciudad de México y los resultados reflejan que hoy más del 77% de las rellenadoras de la capital venden agua con algún tipo de contaminante. Esto es una muestra de que en México existe una profunda brecha en la regulación, infraestructura y la distribución de recursos, lo cual no sólo afecta la salud y el bienestar de la población, sino que también limita el desarrollo económico y social del país.

Las rellenadoras son la fuente de acceso a agua potable para más de 50 millones de mexicanos que quedan expuestos a enfermedades que se propagan por medio del agua contaminada. En 2023 más de 3.2 millones de mexicanos murieron por alguna afección gastrointestinal, principalmente por el consumo de agua contaminada; 600 mil personas más compradas con el año anterior.

Además, el tratamiento de aguas residuales es otro aspecto crítico que requiere atención urgente. Actualmente, sólo el 40% de las aguas residuales en México reciben tratamiento adecuado, lo que deja a un 60% de las mismas contaminando ríos, lagos y otras fuentes de agua superficial. La contaminación hídrica representa un peligro para la salud pública y también afecta gravemente al medio ambiente y a los ecosistemas acuáticos. Sanear nuestras cuencas y mejorar la calidad del agua es una tarea ineludible para garantizar un futuro sostenible.

La corrupción y los vacíos legales en el sector hídrico agravan la situación. Actualmente hay decenas de empresas que anteponen el beneficio económico a la sustentabilidad y ante la laxitud de las autoridades encuentran un terreno fértil para operar sin restricciones, poniendo en riesgo los recursos hídricos del país. Es crucial fortalecer las regulaciones y garantizar su cumplimiento para proteger el agua.

Ante el inminente inicio de un nuevo gobierno, México tiene una oportunidad única para revertir esta situación. Es esencial que el gobierno y la sociedad civil trabajen juntos para implementar políticas públicas que promuevan el uso eficiente y sostenible del agua. Se requiere invertir en infraestructura, fomentar la innovación en tecnologías de tratamiento y reúso del agua, y educar a la población sobre la importancia de este recurso para construir un futuro más sostenible.

El agua es vida. Sin una gestión adecuada de este recurso, enfrentamos un futuro incierto y lleno de riesgos. Es hora de actuar con determinación y visión para asegurar que dejemos a las futuras generaciones un México con abundancia y calidad de agua. Sólo así podremos garantizar el desarrollo sostenible y el bienestar de nuestra nación.

Presidente de Agua en México

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