En la mira está el arbitraje del futbol mexicano , que está pasando por la peor crisis de su historia y eso que cuentan con la tecnología del llamado VAR, que al parecer se ha convertido en un arma de doble filo.
Por una parte, los que lo saben usar evitan injusticias, ayudan al árbitro a tomar decisiones en jugadas que por la velocidad del juego no logra apreciar, así se evita que los jugadores busquen siempre el clásico clavado para que les marquen un penalti, etc.
Sin embargo, está la otra cara de la moneda: hoy el árbitro mexicano es comodino, sabe que si comete un error, el VAR se lo va a corregir. Cada partido que se juega en la Liga MX tiene errores de no creerse, malas decisiones, árbitros que no saben ni correr y sólo estorban en las jugadas, salvo algunos cuantos como César Ramos —que irá a la Copa del Mundo de Qatar 2022—, Fernando Guerrero y Jorge Pérez Durán, los demás son un desastre.
Pero la culpa es del presidente de la Comisión, Arturo Brizio Carter, quien sólo se dedica a decir que todas las decisiones que toman sus silbantes son correctas (frase que, por cierto, tiene hartos a los directivos y dueños de los equipos ); existe también una clara falta de instrucción, muchos de los árbitros parece que están pitando su primer partido como profesionales. Además a eso tenemos que agregar que algunos de los silbantes están más preocupados por su físico que por tener buenas actuaciones dentro de la cancha.
Mikel Arriola,
presidente de la Liga MX, les puso 7.5 de calificación a los árbitros y esto marca que es urgente que se tomen medidas, de lo contrario seguirán cometiendo errores que perjudican a los 18 equipos de la Liga MX y no digamos lo que pasa en la Liga Femenil y en la Expansión, donde el nivel es más que terrible. Arturo Brizio debe dejar el cargo y buscar una opción que esté más cerca de los silbantes y que les exija verdaderamente, porque ganar 40 mil pesos en 90 minutos es un exceso para tan pobre trabajo que desempeñan en la cancha.
@JC_Zuniga