El acceso a la salud es un derecho universal que se le debe de garantizar a la ciudadanía. No se necesitan presentar números para conocer el estado que guarda el sistema de salud en México. Todos en algún momento nos hemos enfrentado a la carencia de medicinas, a meses de espera para obtener cita con un especialista o ser operados. El problema de esta ineficiencia es la corrupción y la burocratización.
En México no hemos tenido una reforma profunda que transforme el sector salud, que implicaría la creación de un Sistema Nacional e Integral de Salud Pública, el cual funcionara de manera paralela al IMSS e ISSSTE, y que su principal función sería garantizar el acceso de salud a quienes no son derechohabientes. Afortunadamente, no se parte de cero, hoy se tiene una gran red de hospitales de alta especialidad, lo que hay que hacer es replicar estos modelos en las distintas regiones del país, para evitar que la población tenga que trasladarse de los estados a la Ciudad de México.
Pero, para llegar a las Hospitales de Especialización Regionales se tiene, antes, que asistir a las Clínicas de Atención a la Salud, que sustituirían a los Centros de Salud, y su característica principal sería que brindarían servicios de primer nivel y segundo nivel de atención y contarían con laboratorios donde se realizarían los estudios de manera inmediata, para así diagnosticar y canalizar en el menor tiempo al paciente.
Tanto las Clínicas de Atención a la Salud y los Hospitales Regionales de Especialización tendrían que contar con farmacias, bien surtidas, que permitan garantizar el suministro de medicamentos, por lo cual se deben plantear dos etapas: la primera, un acuerdo nacional con las farmacias privadas, para que con la Tarjeta de Compra de Medicinas se pueda adquirir, de manera directa, el medicamento. La Tarjeta sería cargada en la Clínica u Hospital con la cantidad que cuestan los medicamentos indicados en la receta, se tendría que contar una lista nacional de precios, con la intención de regular los sobrecostos que existen; la segunda etapa, sería la sustitución de la Tarjeta, ya que una vez eliminada la corrupción de la compra de medicamentos el gobierno podría garantizar el suministro de manera directa, esta regulación se lograría mediante la Agencia, de la cual hablamos en entregas anteriores.
Resolver el problema de Salud en México será un proceso lento, por ello lo primero es la construcción de las Clínicas y Hospitales Regionales así como garantizar el acceso a los medicamentos, a la par se tiene que eliminar la burocratización en el sistema de salud. Todo esto con la intención de construir, en un futuro, el Sistema Nacional de Salud que unifique todos los sistemas existentes.
Lo anterior, exige que se destinen, del presupuesto, los recursos necesarios para construir un sistema de salud eficiente y con visión humanista.
Una república con un sistema de salud eficaz puede pensar en un futuro próspero construido por una población saludable.
Nota: ¿Quién ganó el debate? Depende de la perspectiva. Pero, el punto de partida para evaluar a quienes participaron es la cantidad de propuestas y como fueron debatidas, eso es la democracia. Quien más ataca y descalifica es el más visible, pero es, también, quien menos abona al fortalecimiento democrático.
Hasta aquí Monstruos y Máscaras…
Próxima entrega: Tiempo de propuestas y no de ocurrencias (5): Bienestar y trabajo.