Septiembre en sus pocos días que lleva necesita de una radiografía que dé imágenes nítidas de los hechos que han acontecido de manera rápida y vertiginosa. Una imagen se sobrepone a la otra, las vemos pasar de manera acelerada a través de las redes sociales sin oportunidad de tener el tiempo necesario para analizar con detenimiento lo que sucede.
No hemos llegado a la mitad de mes y ya estamos rebasados de información. En México la realidad supera a la ficción. No hay escritor que en pocas páginas logre condensar la cantidad de personajes y sucesos que acontecen en nuestra República.
El 1° de septiembre se instaló el Congreso de la Unión. Un hecho Kafkiano se presentó días antes cuando en la toma de protesta de los senadores policías de Chihuahua intentaron, de manera ilegal, detener la sesión en complicidad con Manlio Fabio Beltrones y los senadores del PAN para impedir que Javier Corral tomara protesta. Se demostró, así, el odio de Maru Campos y sus cómplices; y se dejó al descubierto el miedo que los persigue, ¿a qué le temen?
La legislación inicio con un tema fundamental: la aprobación de la Reforma Judicial. Los diputados al no poder sesionar en la Cámara tuvieron que hacerlo en el Deportivo de la Magdalena Mixhuca. Una larga y álgida discusión dio como resultado la aprobación de la Reforma. No fue extraño el resultado, se sabía que Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo tenían la mayoría calificada.
El dictamen fue turnado a la Cámara de Senadores. No existía la mayoría calificada y la oposición mencionaba que toda votaría en contra. Morena argumentaba que la mayoría se obtenía con 85 senadores, pero que ya tenían los 86. ¿Quién de la oposición estaría con ellos? Varios nombres sonaron en los medios de comunicación. En comisiones el dictamen fue debatido. Se aprobó sin mayor problema y se turnó para su discusión en el pleno. Desde febrero se conocía la reforma, tarde llegó la propuesta de la ministra Norma Piña. Manifestaciones, poco numerosas, se presentaron en el Senado y el día de la discusión ingresaron de manera abrupta. En redes sociales circularon las imágenes y fueron comparadas con los simpatizantes de Trump y Bolsonaro que tomaron el Congreso de sus países de la misma forma.
Todo esto sucedía en un día de aparecidos y desaparecidos. El senador Miguel Ángel Yunes Márquez pidió licencia. Su padre tomó protesta, al ser el suplente, y fue tratado como traidor por la bancada del PAN. Más tarde, en la antigua Casona de Xicoténcatl, Yunes Márquez apareció y confirmó que el sentido de su voto sería a favor. Mientras tanto el senador Daniel Barrera de Movimiento Ciudadano. Desapareció. ¿Estuvo detenido o decidió no acudir a la votación? No sé sabe aún. Entre tanta maroma política la Reforma Judicial fue aprobada y con ello una nueva etapa en la vida de México, ¿cuál? Esperemos que una donde la Justicia se aplique sin corrupción y ni tintes políticos. Donde quienes sean elegidos asuman un compromiso ético y que su guía sean nuestras leyes.
Qué bueno que los inconformes se manifestaron, eso fortalece la democracia. Qué mal que los Ministros no hicieron un planteamiento a fondo que generara mayor respaldo de la sociedad, ¿por qué no públicamente renunciaron a sus privilegios?
Como corolario quedan dos hechos internacionales: uno cómico, el decreto de Nicolás Maduro para adelantar la Navidad; otro esperanzador, el baile que Kamala Harris le puso a Donald Trump en el debate.
Hasta aquí Monstruos y Máscaras…