Nos podemos interrogar: ¿Por qué debemos de leer? Simplemente para motivar la imaginación, aquella cualidad nos permite ser críticos de la realidad. Leer es un acto de libertad que se contrapone, de manera tajante, a las ideas totalitarias. La lectura nos cuestiona e invita a pensar.

Pero, por más cualidades que pueda tener el acto de leer, en nuestro país es una actividad poco asidua. El INEGI presentó, en su Módulo sobre lectura 2023, datos alarmantes:

1. La población lectora era, en 2016, de 80.80% -para medir el valor se tomó en cuenta la lectura de libros, revistas, periódicos, historietas y páginas de internet- y en 2023 pasó a 68.5%.

2. Diariamente la población lectora dedica 42 minutos a dicha actividad.

3. Se leen en promedio 3.4 libros al año; en el año 2022 se leían 3.9 libros.

4. Solo el 8.1% de la población acude a una biblioteca.

Estamos frente a una sociedad que no lee, pero el informe del INEGI nos dice que muchos de los que leen en México lo hacen: ya que había libros en sus casas; o debido a que sus padres les leían. La lectura es un gusto que se aprende en la niñez, por ello la necesidad de fomentarla desde temprana edad.

La herramientas digitales han diversificados los espacios de lectura, a pesar de ello, el libro es a lo que más se acude para la lectura (40.8%), seguido por las páginas de internet (37.7%), las revistas (23.6%), los periódicos (18.5%) y las historietas (6.1%).

Lo anterior es un llamado de atención urgente para el futuro de México. La educación de calidad pasa, forzosamente, por el fomento de la lectura y el acceso al libro. Aunque, no se trata de repartir libros sin estrategia -como lo que hace Paco Ignacio Taibo II, quien se alardea de haber entregado 5 millones-, la solución es más profunda que un acto populista.

En México tenemos el ejemplo exitoso de los “libros verdes” que se repartieron durante el periodo que José Vasconcelos fue Secretario de Educación Pública (1921-1924), se distribuyeron a autores clásicos de la literatura: Homero, Goethe, Plutarco, Tagore, Platón, entre otros; libros que como objetos eran de una belleza indiscutible.

El problema de la lectura en México pasa por tener a un proyecto profundo, que priorice la Educación y la Cultura; para ello se necesitan personajes con la inteligencia para implementar

dicho proyecto de educación y de difusión de la lectura en México, ya que un país que aspira a un futuro con desarrollo tiene que impulsar el conocimiento, y ello solo se adquiere con la lectura, la cual nos hace libres y nos incita a pensar en realidades mejores.

No hay proyecto en México que sea válido, y que deba de ser apoyado, si dentro de sus ejes no contiene: cómo fomentará la lectura y mejorar la educación. Quienes aspiran deben de pasar del discurso al proyecto y decirnos: ¿Qué y cómo le harán? Hay grandes problemas en el país, pero el principal es la educación, ya que una sociedad educada es aquella que lee, y por ende exige y cuestiona.

El libro debe ser el habitante de las casas, ya que en casa se adquiere la primera educación. Por ello junto a la televisión se debe de tener el libro, debe de formar parte de la cultura de la niñez para que cuando vayan a la escuela tengan cultivado el hábito.

Impulsar la lectura permitirá que la sociedad no sea prisionera de programas clientelares y exija soluciones profundas a los grandes problemas nacionales. ¡He aquí por qué la importancia de la lectura en México!

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