Es un hecho indiscutible que la democracia en México funciona. En la pasada elección acudieron a las urnas cerca de 60 millones de ciudadanos, una participación de 61% del Padrón Electoral. Los ciudadanos lograron instalar 99.94% de las casillas. El INE garantizó que se desarrollara de manera institucional el proceso electoral. Los ciudadanos asumieron su papel al votar y contar los votos. La democracia en nuestro país funciona, es el vehículo que garantiza que los votos sean bien contados y se vean reflejados en los espacios de representación. Deslegitimar este proceso es desvalorar la participación de millones de mexicanos.

En México la democracia, que es reciente, se empieza a incorporar a la forma de ser del mexicano, quien entiende el valor del voto, por ello vemos como gubernaturas, ayuntamientos, distritos pasan, cada elección, de un partido al otro. Sucede esto porque se buscan resultados a las problemáticas, aquí es donde surge el error de pensar que la democracia no funciona. La democracia es el vehículo que nos garantiza a los ciudadanos elegir de manera libre e informada a quienes gobernarán y harán leyes, pero la democracia no es responsable de los buenos o malos gobiernos. Debemos de empezar a entender esta diferencia, porque justamente en esa diferenciación es donde se encuentra que el ciudadano dimensione el valor que tiene su voto.

La democracia se fortalece cuando se vota libremente, pero se consolida cuando la ciudadanía dimensiona el valor que tiene participar en cada jornada electoral y comprende el valor de su voto. En los próximos seis años la democracia en México podría fortalecerse con la elección de los jueces y ministros del poder judicial, la tarea para que esto suceda comprende dos cosas: que se le entregue a la sociedad la información necesaria para conocer el perfil de quienes aspiraran y que quienes participen sean los mejores.

Este proceso que ha iniciado cuenta con la legitimidad de las urnas, en ello la Dra. Claudia Sheinbaum entiende que es el momento para impulsar los procesos incluidos en el proyecto de Morena. Pero, ¿de qué depende el éxito de las reformas propuestas? De la conformación del Gabinete. Eso lo ha entendido bien la presidenta electa que calmo el alboroto mediático con los primeros seis nombramientos, que se sumaron a Rogelio Ramírez de la O.

Nombres como el de Marcelo Ebrad –Secretario de Economía-, Juan Ramón de la Fuente –Secretario de Relaciones Exteriores- hablan de diálogo y pluralidad. Y destacan la importancia que tendrán, para Sheimbaum, las relaciones comerciales con el exterior. Es una buena señal para la inversión extranjera y para la revisión del T-MEC.

Destaca la creación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación que encabezará la Dra. Rosaura Ruiz, la propuesta abre la posibilidad de construir un puente con este sector que permita generar desarrollo en México desde el conocimiento.

De igual manera la presencia de Ernestina Godoy frente a la Consejería Jurídica deja en claro la importancia de la Reforma Judicial y la manera cómo será impulsada por el nuevo gobierno. Por último, el nombramiento del Dr. Julio Berdegué al frente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, un ingeniero con experiencia en el área y que de entrada dejó en claro que se mantendrá la política contra el maíz transgénico.

Estos son los nombres. Un gabinete paritario y que esperemos este conformado, también, por jóvenes.

Hasta aquí Monstruos y Máscaras…

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