Las redes sociales nos han permitido informarnos de lo que acontece en los Juegos Olímpicos Paris 2024, pero también nos han mostrado su lado más oscuro.

Ejemplo de ello son todos los comentarios que han recibido los atletas mexicanos que no consiguen avanzar a la final o semifinal, o que no obtienen una medalla. Es el caso del nadador olímpico Miguel de Lara, quien fue agredido en redes sociales y requirió apoyo psicológico.

“Una cosa que yo no esperaba era lidiar con el pueblo mexicano a dos días de mi prueba. El tener que hablar con mi psicólogo y trabajar. Yo alejarme de las redes sociales por la cantidad de comentarios negativos de mi propia gente fue difícil. Los invito a sacrificarse los 365 días del año por 20 años. Dolores constantes, sacrificios de reuniones, fiestas, comer bien, descansar”, fue lo que dijo Miguel en entrevista a Claro Sports.

Cabe recordar que pese a los ataques, Miguel logró llegar a semifinales de 200 metros, hecho que no ocurría desde hace 30 años para México.

No solo los atletas mexicanos han tenido que lidiar con las redes, también otros atletas. Ahí está el caso del judoca español Francisco Garrigós, agredido tras ganarle al japonés Ryuju Nagayama, quien al no estar satisfecho de los resultados optó por no darle la mano al español provocando una campaña de odio en las redes hacia el madrileño, aconsejándole no viajar a Japón ante potenciales consecuencias.

Lo que llevó al judoca Nagayama a subir a sus redes un mensaje pidiendo frenar los ataques. “Me gustaría que la gente se abstuviera de difamar a Garrigós. Siento no haberle estrechado la mano. Feliz de haber podido luchar contra él con todas sus fuerzas en el escenario olímpico”, escribió.

Otro episodio negativo fue cuando en redes se dijo que la boxeadora argelina Imane Khelif era hombre, luego de que la italiana Angela Carini abandona el ring señalando que había una supuesta ventaja física. Lo que obligó al Comité Olímpico Internacional (COI), a desmentir y afirmar que Khelif “nació mujer, fue registrada como mujer, vive su vida como mujer, boxea como mujer, tiene un pasaporte de mujer. Este no es un tema transgénero. No se trataba de un hombre luchando contra una mujer".

Hace cuatro años la gimnasta olímpica Simone Biles fue víctima de ello al dejar las justas olímpicas en Tokio, debido al reto de salud mental que enfrentó tras el juicio por abuso sexual por parte del exmédico del equipo Larry Nassar. Hoy es un ejemplo de la importancia de reestablecer la salud mental para ser una triunfadora.

En las redes sociales los internautas no distinguen edad, nacionalidad, idioma, género o religión. Los ataques están a la orden del día con agresiones que pueden llevar al suicidio.

“Tenemos que proteger nuestra mente y nuestro cuerpo, y no limitarnos a hacer lo que el mundo quiere que hagamos”, dijo Simón Biles. Me quedo con este mensaje de la gimnasta estadounidense, porque reivindica el espíritu real de los Juegos Olímpicos, que es un llamado a la civilidad, a la empatía y a la admiración por los logros de estos atletas extraordinarios.

Mi mayor reconocimiento a las y los atletas mexicanos que con gran esfuerzo y muy escasos apoyos, lograron llegar a Paris.

Senadora de la República

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