El futuro de nuestras niñas y niños es desconcertante; no solo tendrán que afrontar problemas económicos y sociales, desigualdad, contaminación, falta de agua y las terribles consecuencias del cambio climático, sino las repercusiones de vivir en una era digital.
Por un lado, un escenario en el que las tecnologías de la información y comunicación, que usualmente requieren de los datos personales y el acceso a la privacidad de los titulares para funcionar, son prácticamente indispensables para la vida, y, por el otro, una falta de cuidado en el manejo y protección de esa información, principalmente a consecuencia de su condición de nativos digitales, que les impone desde el nacimiento el uso de las tecnologías de manera natural, sin restricción o límite alguno, circunstancias que los coloca en una situación de extrema vulnerabilidad.
Es un hecho que el número de usuarios de estas nuevas tecnologías va en aumento en todo el mundo, en México, la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales Reporte especial 2020-2021, realizada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, nos refleja que el porcentaje de niñas y niños que utilizan internet (83%) es mayor que los que ven televisión abierta (82%); un 62% utiliza alguna red social, mientras que el 67% consume contenidos audiovisuales por internet; y el 52% admitió jugar videojuegos.
Desafortunadamente, también es una realidad que la gran mayoría de estos consumidores no asume los peligros que se esconden detrás de estas nuevas tecnologías, los cuales se agravan precisamente por su condición de menores. En su último reporte, el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública refirió que, en este año, los delitos contra niños, niñas y adolescentes de 0 a 17 años aumentaron en comparación al 2021; de manera particular, la Fiscalía General de la República advierte de los delitos cometidos a través de medios electrónicos, siendo los de mayor incidencia el grooming; los adultos se ganan la confianza de los infantes a fin de que les envíen imágenes o videos de carácter sexual o erótico para su satisfacción; el sexting, los menores envían fotografías o videos con contenido sexual, ya sea por presión de grupo, noviazgo, coqueteo, influencia de los medios; el ciberbullying, violencia escolar a través del uso del Internet y las diversas tecnologías digitales, con mensajes de naturaleza intimidante o amenazante, fotos vergonzosas, comentarios desagradables en las redes sociales; y sextorsión, ocurre cuando una persona comparte material de índole sexual, y es víctima de amenazas o chantajes, para obtener algún tipo de beneficio.
Si bien, el acceso a las nuevas tecnologías y al internet es un derecho de niñas, niños y adolescentes, que de ninguna manera podemos limitar o restringir; como adultos, ya sea autoridades, educadores o familia, tenemos el deber y la responsabilidad de adoptar medidas para protegerlos, principalmente, con acciones preventivas tendientes a concientizarlos sobre la importancia de cuidar su información.
Como parte de los esfuerzos que ha realizado el INAI, este 2022 organizó el Concurso para ser Comisionada y Comisionado Infantil y formar parte del Pleno Niñas y Niños 2022, con el objetivo de promover la importancia de la privacidad y protección de los datos personales, buscando fomentar en éstos la creatividad e interés en participar en estos temas tan elementales para su porvenir.
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, opciones para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.