Desde la aparición en 1976 de las cintas de video VHS, precedidas por el formato Betamax, que fracasó estrepitosamente en el mundo entero, poco se sabe verdadera e históricamente sobre su irrupción en el mercado veleidoso del rock nacional.
Si se toma como parámetro el pulso al curioso tianguis del Chopo, y a sus aferrados visitantes “expertos” en vinilos, se tiene finalmente que, sobre la supremacía del vinilo, nada.
Es decir, los que pertenecen a grupos de escuchas compulsivos que presumen sus álbumes en Facebook, descalifican la mayoría en automático a la imagen.
En el año 2003 aparecen los primeros Blu-ray, con una capacidad promedio de 23 GB y una imagen perfecta, que podía funcionar también como audio digital.
Sin embargo, los coleccionistas y escuchas exquisitos de discos que compran vinilos cerrados, para guardarlos sin abrir y presumirlos como ediciones únicas, le han vuelto la espalda, salvo algunas excepciones, a la imagen.
Es decir, ellos prefieren la pureza del sonido por sobre la multiplicidad perfecta de la imagen del rock.
Es muy difícil tratarlos de convencer de ver en concierto a sus ídolos, los cuales, como si se tratara de una conexión cósmica, hay que oírlos en la pureza de lo que pueden conseguir en el estudio de grabación.
El acceso a una primera fila privilegiada de cualquiera de sus grupos favoritos en concierto pasa a un segundo plano descalificador, ante el sonido de un disco de vinilo.
Bueno, ni la avalancha de imágenes de archivo de todos los tiempos y rock and roll que proporcionan plataformas como YouTube, donde se documenta la historia viva del rock, los convence. Como dijera Siqueiros alguna vez: “No hay más ruta que la nuestra”.
En 2005 aparece YouTube, creado por tres jóvenes: Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karin, que contiene épocas musicales completas, historia y apariciones increíbles de los caminos que ha seguido el rock.
Lo que antes era casi imposible: ¡Antologías de Shinding!, Hullabaloo, el Ed Sullivan Show, no sólo documentan el pasado, sino que lo ponen como referente histórico de las primeras apariciones de The Beatles y la Invasión Inglesa, dando lugar a tours históricos como el T.A.M.I Show.
Imposible pensar en Woodstock y otros grandes festivales, sin sus imágenes.
Sin ese rock que fue filmado sería imposible imaginar nuestro Avándaro.
Por eso resulta inexplicable que la mayoría de los gurús del vinilo les den la espalda a las imágenes complementarias.
Los DVD e incluso el Blu-ray, luego del debut e inmediata despedida del Lasser Disc, están muy de capa caída.
Muy pocos son los que se les acercan, a pesar de sus castigadísimos precios. Y miren que hay maravillas.
Los renegados de la imagen bien harían en voltear hacia ellos, donde se conjugan imagen y sonido de épocas que han marcado la historia del cuatro por cuatro, incluyendo a muchas deidades del progresivo de las que idolatran y veneran cada semana, en sus foros cerrados de discusión donde impera tan sólo la ley del vinilo.