Una meningitis bacteriana acabó a los 78 años con la vida de Jeff Beck, uno de los más excelsos guitarristas de la historia, este 10 de enero.

La última vez que Beck vino con su banda a México fue el 6 de diciembre de 2010.

Sin embargo, hace 25 o 26 años, el que fuera integrante de The Yardbirds, además de Eric Clapton y Jimmy Page, estuvo en México, ofreciendo una conferencia de prensa en las oficinas de Sony Music.

Sobra decir que el evento congregó a muchos periodistas y especialistas de la vieja escuela, mucho antes de la era de los medios digitales, que se fueron fascinados con la camaradería del músico.

De hecho, hay varias fotografías que se tomaron en esa rueda de prensa, que fueron publicadas en la irreverente revista La mosca en la pared.

Con varios premios Grammy en su haber, y colaboraciones emocionantes con figuras como Kate Bush, Stevie Wonder, Les Paul, Brian May, Cindy Lauper, Joss Stone, Olivia Safe y la increíble Imelda May, Beck mantuvo una carrera esporádica en solitario y prácticamente hacia llorar a la guitarra.

Tuvo la fortuna de reemplazar a Eric Clapton en 1965 en los Yardbirds.

Ahí alinearía también con el monstruo de Led Zeppelin, Jimmy Page. El Jeff Beck Group formaría además parte de su increíble currículum y tendría como vocalista a Rod Stewart, con quien dejó dos muy cotizados discos.

Sus talentos fueron aprovechados por diversas alineaciones blusísticas y también se movió por los terrenos del jazz, donde alineó con varios especialistas como Tim Bogert.

Sin embargo, para la historia del rock (y del glam británico) dejó un importante y notable testimonio al lado del llamado Duke Blanco: el hoy muy cotizado y puesto de moda por Brett Morgen, David Bowie, en el reciente documental Moonage Daydream.

Ziggy Stardus, el alter ego de Bowie, se encontró en 1973 con Jeff Beck en su gira de despedida (The rise and fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars), filmada por D.A. Pennebacker en el Hammersmith Odeon de Londres. Junto con Bowie, Mick Ronson, Trevor Bolder y Mick Woodmansey, las originales Arañas de Marte.

Lo que dejó Bowie es tan alucinante como el rasgueo y los solos de Beck en 19 cortes y un raro “footage”, que seguramente ahora cotizarán más en su edición de DVD, por su dirección visionaria cargada de sexualidad andrógina.

Temblaron en su momento Marc Bolan y Alice Cooper, con un Bowie que quería cambiar no sólo la música sino el concepto del rock en teatro, ballet y crear un teatro musical de vanguardia, con atrevidos y originales atuendos.

La inclusión de Jeff Beck en esa última etapa fue definitiva porque derivó hacia otro concepto escénico y musical.

Atestiguando algunos de los ensayos estuvieron Paul McCartney (cuando no estaba muy preocupado por vigilar a Frank Zappa), Mick Jagger y Lou Reed quienes comprobaron que, por lo menos en el caso de Bowie, cambió el estatus de estrella del rock y la moldeó, según la ocasión, como simple ciudadano de cualquier ciudad inglesa, o como un mesías espacial llegado de Marte.

En ese universo de despedida se movieron los acordes de Jeff Beck, un guitarrista único cuando se encontró con David Bowie.

pepemavar60@gmail.com

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