Sigue sorprendiendo en el ámbito del coleccionismo del rock la reticencia de sólo oír los discos o poder ver también conciertos.
Los tutoriales de YouTube tampoco ayudan mucho y parecen estar casados solamente con las técnicas de audio y preservación, dejando a un lado las bondades de la imagen de clips legendarios y conciertos de última generación.
Por eso llama la atención que la mayoría de consumidores de grupos prefieran el sonido, de los vinilos o discos compactos, descartando las posibilidades de un concierto con boleto de primera fila.
Obviamente que los adictos a la filosofía del sonido lo prefieren a las imágenes 4K (pixeles de 3840 x 2160) de alta resolución, que ofrecen visualmente la esencia del propio concierto, con todos los bonus que ello supone: preparativos, entrevistas y demás extras.
Hay adictos que se pasan oyendo toda su vida el sonido de discos. Incluso un lugar del tianguis (ahora cultural) del Chopo, le sigue rezando semanalmente a la llamada “virgen del progresivo”, con la esperanza de un milagro: un nuevo disco recién descubierto, en alguna tienda perdida por los buscadores del Santo Grial romano, que son una minoría.
Por sobre el precio exorbitante de los vinilos y uno que otro CD, están desde los emisarios del pasado: el beta y el VHS, hasta los DVD y Blu-ray, que pueden ofrecer todos los conciertos de uno de sus todavía vigentes héroes, Steve Hackett (“Genesis Revisited, Live in Brighton”, “Seconds Out & More” y muchos más).
Y así por el estilo las depuradas imágenes que ofrecen conciertos selectos e históricos de épocas doradas como “El Mersey Beat”, “Rocanrol”, “Surf”, “Punk-Rock”, “New Wave”.
El heavy metal tan revalorizado ahora y más desde que Judas Priest enloqueció a la concurrencia del salón de la Fama del Rock.
Claro que no hay que descontar las muchas aristas y héroes de agrupaciones de culto como AC/DC, Iron Maiden, Metallica y demás fierro para marcar fieles, descontando el amplio territorio del blues y del jazz.
Para conocer el contexto del rock en cualquiera de sus variantes, hay que ir a los orígenes, después de los memorables conciertos de The Beatles en el Ed Sullivan Show y efectos colaterales del The T.A.M.I Show que cargó una caravana mixta de artistas como Los Beach Boys, The Supremes, Billy J. Kramer & The Dakotas, Lesley Gore, James Brown y los tempranos Rolling Stones.
La carretada de programas como Shinding! o Hullabaloo show, en mucho contribuyen a la proyección de las carreras de la “invasión británica”, y estadounidenses de alto nivel como The Doors, Beach Boys, hasta llegar a territorios del grunge y más allá.
Aquí una marca alternativa hace años (Decibel) poseía uno de los catálogos más impresionantes de que se tenga memoria en imágenes de programas de tv, conciertos y ensayos: entre su roster figuraban Yes, Tangerine Dream, Genesis, todo lo que había hasta el momento de los Rolling Stones, Beatles, ELO, Credence, Dylan, todos los shows de Jools Holland (Later), Monkees, Beth Hart, Motley Crue, STYX, Oasis, Queen, Rammstein, Dire Straits, Dream Theater, Amy Winehouse, Bowie, Zombies, y un etcétera sin fin.
Mucho mejor que sólo oírlos, verlos en acción es otra cosa, pero de que hay necios que se casan solamente con el sonido, los hay, y no hay imagen que les cambie la vida.