El panorama de cine freak ha cambiado, y de qué forma, por eso ya no resulta nada extraño que cineastas como David Lynch mantengan una conversación con un simio acusado de asesinato en un reciente corto de Netflix (What did Jack do). Tampoco que M Shyalanan filme la historia de un tipo que asiste con su hija a un concierto pop, con algo raro e inquietante en el ambiente que sus más recalcitrantes fans catalogan entre la comedia negra disparatada, con trucos hitchcoquianos y disparates emocionales.
Mientras, la británica Corale Fargiat ha provocado La substancia, con las más raras teorías, con credenciales de Cannes, San Sebastián y Toronto, con teorías tan absurdas como adictivas, aparte de padres psicópatas.
Una película también cínica y desvergonzada, que divide y reta la lógica más extraña.
Esto que representa algo de lo más notable, aparte de ser un ejemplo de cómo funcionarían las plataformas como Netflix, ha llegado también a la clandestinidad del mercado que dominan los corsarios, en la otrora calle más peligrosa, y ahora la más insultantemente ruidosa del barrio bravo, donde parece que ha llegado la bonanza de otros tiempos cinematográficos, con la aparición de títulos atrayentes, que ofrecen lo inesperado en su variedad retorcida.
Sus precios son como entrar a la Dimensión desconocida.
Básicamente son tres puestos los que ofrecen la sorpresa, la extrañeza y lo desatadamente freak.
Entre ellos destacan fenómenos como El hombre que nunca estuvo allí de los hermanos Joel y Ethan Cohen, con la maravillosa Frances McDorman y el actorazo que es Billy Bob Thorton y James Gandolfini en el asesinato como una de las bellas artes.
El mítico Bob Dylan muestra sus diversas facetas en Mi historia sin mi, de Todd Haynes, donde es interpretado por: Christan Bale, Cate Blanchett, Richard Gere, Heath Ledger, Ben Wishaw, Marcus Carl Franklin, todos bajo la dirección de Todd Haynes.
Sion Sono firma los nueve episodios de Tokyo vampire hotel, con historias sui géneris de vampiros con varios tipos de sangre, perpetradores de matanzas bastante extrañas, más allá del gore convencional. Dos DVD bastante recomendables para chupa sangres acostumbrados al asombro.
El rock también forma parte de la ya icónica tradición de las imágenes de tipos como el británico Mike Rock, protagonista del Psycho-Spiritual Mantra del Rock que es Shot. Un viaje a profundidad por los que han sido protagonistas y los que han quedado inmortalizados con su cámara, con fotos reales y auténticas (no como ahora en estos tiempos desquiciados de selfies y fotos de celulares enloquecidos, que puede tomar cualquiera).
Un roku que no deben pasar por alto los verdaderos fans del rock.
Pasan lista figuras como Bowie, Freddie Mercury, Blondie, Tim Curry, Joan Jett, Lou Reed y muchos que han quedado inmortalizados en portadas de discos de vinilo.
La animación también se ha vuelto de culto, con películas de este género nada convencionales como Dispararon al pianista, un thriller sobre un músico a ritmo de jazz y bossa nova.
Una cinta española que, como otros filmes, plantea otras posibilidades a precios impensables y lejos de las plataformas.