Netflix, la plataforma más importante de streaming, que antes de meter las manos al fuego, antes de lanzar cualquier cinta o serie, hace sus estudios de mercado de públicos que pagan por ver no sólo filmes imposibles y documentales sino series que le son ajenas a su idiosincrasia.
En ese sentido, hay que celebrar la disponibilidad de ver ya la pulsante y absorbente serie de seis episodios del británico Justin Webster: Nisman: el fiscal, la presidenta y el espía, producida en España. Se trata del sonado caso que tuvo repercusión mundial tras la muerte (aún no se sabe si asesinato o suicidio) en Argentina del fiscal Alberto Nisman, que acusó a la presidenta Cristina Fernández de Kitchner por el presunto encubrimiento a los autores del atentado terrorista que sufrió la sede de la mutual judía AMIA, dejando 85 muertos en 1994.
La producción y la investigación periodística que funciona en varios ángulos es impresionantemente rigorista y precisa, como los archivos de ambos casos (el de la muerte del fiscal y el de el atentado). Todas las teorías del caso llevan a la una información vital que tenía el fiscal Nisman para su denuncia. Una de las muertes más extrañas todavía en tela de juicio no le permitió llegar al congreso y ratificar su denuncia. Nisman fue hallado con un tiro en la cabeza el 18 de enero de 2015 en su apartamento.
La fiscal Viviana Fein, la madre de Nisman, el “espía” Antonio “Jaime” Stiuso, que trabajaba para el SIDE, la secretaria de Inteligencia y el exsecretario de Inteligencia, Oscar Parilli, son arrastrados a una vorágine de especulaciones, lo mismo que 50 testigos y el
técnico de informática de Nisman, Diego Logomarsino, que le facilitó el arma (porque temía por su seguridad) que terminó con la vida del fiscal que hizo temblar a la presidenta de Argentina, que nunca durmió en la cárcel por su fuero.
Hombres de confianza y desconfianza de ambos lados, la expareja de Nisman, el informe científico de la gendarmería y el uso preciso de cada palabra en boca de sus protagonistas reales, la hacen un documento visual fascinante y complejo de mentiras verdaderas forenses y afirmaciones torcidas, susceptibles ahora de una nueva evaluación.
Después de irrumpir y modificar la vida televisiva de paga con mucha paja, películas del montón y pocos estrenos confiables, Netflix está dándole peso a las series y los documentales de arriesgue, que van más allá de la complacencia. Éste es uno de ellos.
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