En 1974, antes de que ardiera la vieja Cineteca Nacional que estaba en Churubusco y Tlalpan, tuvo su estreno la película (ahora de riguroso culto), de Brian De Palma, “Phantom of the Paradise”. ("El fantasma del Paraíso"). Muchos de los críticos cinematográficos de la época escribieron de ella sin un solo registro negativo y sí, muchos elogiando su inventiva que, con el paso del tiempo, la ha vuelto una referencia obligatoria no sólo del rock, sino de la cultura popular gracias a una atinada mezcla de varios mitos fundamentales: "Fausto" (de Johann von Goethe), "El fantasma de la ópera" (de Gaston Leroux), "El retrato de Dorian Gray" (de Oscar Wilde) y hasta un toque de "El jorobado de Notre-Dame" (de Víctor Hugo). Todo mezclado con una estética roquera de glam rock muy adelantada a su época, que repasa el surgimiento del rock surfero, hasta Kiss y más allá.
¿Ópera rock irreverente? Puede ser, pero al lado de longevos experimentos que han corrido con la misma suerte como “The Rocky horror picture Show”, "El fantasma" ha corrido con todos los beneficios que da el culto: celebraciones nocturnas, conferencias, libros y una extensa memorabilia que incluye más de 50 pósters, discos, ediciones especiales, cajas conmemorativas, biografías desautorizadas e infinidad de anécdotas de cómo se conocieron Brian De Palma y el que luego sería el compositor real de toda la banda sonora y hasta el villano principal, Paul Williams, “Swan”.
La cinta catapultaría también al actor William Finley (como el compositor Winslow Leach), que hace también al Fantasma desfigurado, que interpreta luego de ser pasado por la freidora de la Death Records, al mala suerte que no puede ver concluida su obra, hasta que aparece “Phoenix”, interpretada por la bella Jessica Harper, a quien le compone la música que le dará vida al fantasma, en el suntuoso estreno que abrirá “El Paraíso”, el nuevo templo del rock. Ahí el polifacético grupo de triple cara (The Juicy Fruits, The Beach Bums y The Undead), creado por Archie Hahn, se da vuelo en la curiosa trama. Héroes y villanos como Gerrit Graham (Beef), George Memmoli (Arnold Philbin), grupies más, grupies menos, hacen brillar más la trama como la extraordinaria música de Paul Williams, que se ha vuelto objeto de controversias.
La 20th Century Fox puso alfombra roja y rindió a fans y críticos con la atrevida puesta en escena, sus insólitos montajes y el endiablado ritmo que maneja la cinta. Y hay más: Rod Serling, el creador de la mítica “La dimensión desconocida”, presta su voz como narrador al arranque del filme del que fue el noveno largometraje de De Palma. Ya se sabe, fue al principio un sonado fracaso en taquilla, pero luego, al pisar los sagrados y pantanosos terrenos del culto, le pasó lo que al Rocky Horror. Su soundtrack se volvió artículo de primera necesidad, dando como resultado convenciones llamadas Phantompalooza. Su grafismo, que ya supera los más de 60 pósters conmemorativos, se han vuelto estandartes de calidad y buen gusto retorcido, como el fantasmal sello discográfico Death Records.
Su Collector’s Edition en Blu-ray, en alta definición, con nuevo audio, tiene comentarios de Jessica Harper y parte de su elenco, así como nuevas entrevistas, documentales, spots de radio, maquillaje, escenas descartadas y más. Es una increíble gozada en la cual Guillermo del Toro tiene una parte fundamental al moderar la entrevista de Paul Williams. Ritmo y mucho sentido del montaje la hacen fundamental. Una vez que salió en DVD fue (y sigue siendo ahora) uno de los mayores éxitos bucaneros en tianguis descalificados y calles peligrosas.