Esta frase, atribuida al nombrable “innombrable” sirve, aplicándola a las propuestas televisivas de las distintas plataformas de streaming, para no sólo ver las distintas opciones de series y películas sino que, en caso de que no estén ahí, cómo detentarlas y saber con quién conseguirlas. En ese sentido, lugares como Cine Paradigma en el Tianguis Cultural del Chopo, o Desobediencia Distro en el barrio ya no tan bravo, se han vuelto la mejor elección para ver cine diferente.

Cine Paradigma acaba de rescatar el encuentro cercano entre The french conection, de William Friedkin (1971) y la serie de culto The Wire (2002), con una obra maestra de 2012: Drug war, del maestro Johnnie To, que se mete a plomo y fuego en el territorio hongkonés de la droga, cuando un jefe mafioso cae en manos de la policía tras un accidente automovilístico.

Lo que verán es tan intenso como salvaje, renovando la clásica película de persecuciones y muertes anunciadas. Está tan bien escrita y mejor filmada que ya es un thriller clásico.

Desobediencia Distro le atiza al punk desde distintas trincheras sónicas. Es tal vez el único sitio que sirve de confesionario visual a los que decidieron estacionarse en ese espectro de música. Sus títulos de catálogo alternativo no le dicen no a ningún tema relacionado con el zumbido permanente.

X La música no escuchada (sobre el grupo X, producido por Ray Manzarek, de The Doors), Poison Idea: Legacy of Dysfunction (que cuenta las andanzas del punk en Portland), Degenaration Punk (que habla de la vanguardia ejercida por The Clash, Generation X, Ramones y otros más, así como Degenaration punk, Poison idea; lo que hicimos fue secreto, sobre el punk madrileño, son algunos de sus títulos referenciales. Incluso ofrece el documental fallido Aquí no pasa nada, sobre los nacionales de Dangerous Rhythm.

Paradigma también ofrece la serie de películas ciencia ficción inglesa, auspiciada por la Hammer Films, sobre los casos celebres del profesor Bernard Quatermass: Quatermass & The Pit, The Xperiment y Quatermmas 2. Todas con asombrosos bonus de lo que se experimentaba en los años 50.

Otros títulos sobresalientes son: Blood and bones (2004), de Yoichi Say, con Takeshi Kitano; Charlatan (2020), de Agnieszka, sobre el curandero checo Jan Mikolasek; Lux aeterna, de Gaspar Noe; a Portrait of James Dean: Joshua tree, 1951, de Matthew Mishory.

En el terreno del mini documental, Netflix ofrece This is pop. Serie dispareja con algunos episodios salvables como el Hail Britpop!, con el match Oasis versus Blur y los dedicados a los grandes festivales de rock como Human Be-In y el de Glastombury.

pepenavar60@gmail.com

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