No es que el rock haya bajado la guardia. Lo que pasa es que cada vez hay más gente a la que ya no le dicen nada reconocimientos y premiaciones del tipo Entrega del Oscar o Los Grammys, que ya sólo son un negocio y espejo de la decadencia que ha llegado para quedarse.
Lamentablemente, el rock (que ya estaba en el mercadeo musical desde hace años, con alianzas y corruptelas cada vez más comunes hoy) ya no vale lo que antes.
Quince artistas de diversos géneros y posturas, incluso algunos que ya ni siquiera graban, han sido elegibles para una última promoción a sus carreras que ocurrirá, para algunos, en la ciudad de Cleveland.
Los nominados para este año que todavía no tiene fecha de caducidad son: Mary J. Blige, de pasado hip hopero, como los convocados A Tribe Called Quest.
También está la empoderada voz de Mariah Carey, aparte de una de las favoritas: Cher, a la que su nominación le hace justicia a más de medio siglo de andar popeando y rockeando. Siguiendo el rubro de lo femenino, hasta muertas como Sinéad O’Connor reclaman reconocimiento, y sofisticaciones como Sade, mientras dioses del metal como Ozzy Osbourne solicitan agarre y tolerancia.
Ya es conocida su postura de una cosa es haber ganado con Black Sabbath y otra soy yo en plan de solista. En el resonante mundo de las sorpresas inesperadas que han provocado las nominaciones, están Eric B y Rakim, pioneros del hip hop que dentro de sus filas han sufrido derramamientos de sangre y muertes bien merecidas.
La Dave Matthews Band es otra de las agrupaciones nominadas y el sobreviviente de los mil estilos, Lenny Kravitz. En el membrete de lo alternativo que vende underground, está Jane’s Adiction y los britpoperos peleoneros hermanitos Gallagher, de Oasis, más los legendarios Kool and the Gang.
Dos últimos defensores del rock: Peter Frampton y Foreigner, también están en la boleta para definir ganadores. Muchos que pueden votar desde casa, al lado de miembros de la decadente industria, productores e “historiadores”, se mostraron enojados porque se les hizo la grosería de dejar fuera a The White Stripes y Cindy Lauper, que han estado formados desde hace años, en espera de equidad.
Los encargados de la difusión del evento (Disney+ y la ABC) ya negocian la transmisión en directo, seguidamente de las plataformas y las fechas del evento, que luego tendrá DVD y Blu-ray.
Los requisitos para la nominación es tener un single o un álbum publicado en 1999 o 25 años de andar en la brega, donde no se acepta ningún tipo de chanchullo; bueno, eso se dice y si no, hay que preguntarle a los Gallagher, cuyo álbum Definitely Maybe no cumple con ese requisito. Mientras, aquí a nadie, ni a los sabatinos personajes variopintos del Chopo, se les ha ocurrido algo lo más parecido a una premiación de rock mexicano, donde la mayoría de nuestros próceres rockeros ahora quieren ser como Matute o la nueva “nuevamente” Banda Timbiriche. Por eso tenemos el rock que nos merecemos, con perdón de Avándaro.