Evidentemente no está dicho todo sobre los asesinos en serie. Muchos de los más intrincados casos al margen de lo hecho por los “clásicos” (Jack El destripador, Ted Bundy, John Wayne Gacy, Andrei Chikatilo, Jeffrey Dahmer, Ed Kemper, BTK, Richard El vampiro de Sacramento, Ramírez, Henry Lee Lucas; Ottis Toole, David Berkowitz El hijo de Sam, Gary Ridway El asesino de Río Verde, Aileen Wuornos, Albert de Salvo El estrangulador de Boston y hasta los mexicanos: Gregorio Goyo Cárdenas, El estrangulador de Tacuba, José Luis Calva El Caníbal de la Guerrero, El Sádico, Raúl Osiel Marroquín y La Mataviejitas, Juana Barraza) permanecen olvidaos.

Sin embargo, a la hora de contar historias de sangre, sufrimiento y dolor, sus nombres son retomados en algunos relatos de las hoy muy de moda miniseries. Una de ellas, Mindhunter, retoma y ambienta una selección de los casos más extraños sobre asesinos en serie y ofrece nuevas evidencias de cómo jugó la realidad a manera de nuevos aportes a la fábula original.

De la mano de dos agentes del FBI (Jonathan Groff y Holt McCallany) los capítulos se meten en la revolución de las en ese entonces (los años 70) técnicas policiales de punta para encontrar respuestas y dar con psicópatas y asesinos seriales para combatirlos con métodos científicos.

Si la primera temporada de Mindhunter estuvo regia, espérense a ver los episodios de esta segunda donde se meten en la investigación de los célebres asesinatos de 28 niños en Atlanta, hasta copar al autor material: Wayne Williams, con un buena dosis de psicología sociópata aplicada al caso, del que salió sólo con dos acusaciones de homicidio, en un caso en que entró al ajo hasta el célebre Ku Kux Klan.

pepenavar60@gmail.com

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