Conmemorando una apabullante discografía de más de 40 álbumes en su sello propio, Gente de México, Arturo Meza , independiente de cepa, trabajando siempre marginalmente llegó al Metropólitan acompañado de una tropa de músicos para un repaso generacional de su obra justo ahora que comercialmente se hace la peor música.

Su aparición con el Meza Sinfónico / Corazón Florido, da cuenta con un mini programa de lujo del santo y seña de quienes lo han acompañado en sus aventuras musicales.

El que también ha tenido determinantes influencias dentro del rock mexicano en busca de los sonidos diferentes, ya sea en la experimentación o en la aportación directa de sonidos vanguardistas, como Jorge Reyes, Decibel, Ingreso Libero y Krol Voldarepet, invitó a algunos camaradas como los Oxomaxomas José Álvarez y Arturo Romo con los que abrió el concierto, sorteando tantas peticiones a canciones que les pedía el público.

Para eso, modestamente, dijo: tendríamos que hacer 10 o 15 conciertos como éste, para dejar a todos satisfechos.

Con una carrera alterna enfocada a la literatura, Meza se ha rebelado también como un prolifero creador y mucha de su obra alternativa a la música como la poesía y la literatura, se puede ver y adquirir junto con una selecta discográfica y videografía, afuera de los recintos de sus presentaciones.

Sin embargo, en el terreno musical, sus audaces armonías y caprichosos giros melódicos, son de los que ponen a cantar y a delirar a sus fans.

En el programa coleccionable entregado a la entrada del teatro, se siguió una regla básica de referencia a sus canciones, en donde, por primera vez se tocó la legendaria Suite Koradí, en su totalidad y como debe ser: con orquesta. También se agradeció la presencia de los aguerridos José Luis Fernández Ledesma (de los grupos Nirgal y Saena) y la voz esplendorosa de Margarita Botello, también en acordeón y teclados, además de cantar. Códice Marco Carrera en la guitarra eléctrica, al lado del poblano de vanguardia Cario Manez, percusionista de avanzada? Pilares fundamentales del concierto.

Bajo y oboes estuvieron de cuerpo completo en las figuras de Magago y Francisco Flores. El bandoneón con Raúl Jáquez y el músico Uñahñú, del grupo Tribu, también compartieron escenario con Feliz Betanzos (violín), Julio Sandoval y Edgar González (bajos), Silver (trompeta), Blú (sax), Diego González (batería), Gustavo García (guitarra), Armando Murillo (percusión), más coros de niños y la voz y guitarra de Meza.

Por cierto, el psicólogo, psicoanalista y maestro en Filosofía Social, Mario Alquicira, el de “Los Dioses Ocultos” (bio de Jarris Margalli, el caído de la gracia de Saúl Hernández) lanza Arturo Meza El último unicornio, en un espléndido y profundo libro de la Colección Rock para Leer de gran importancia para entender el fenómeno de Meza.

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