Por sobre las series familiares, las comedias nimias, la herencia de Disney retomada por Pixar, los dibujos y animaciones marcianas cada vez más sofisticadas y con menos alma humana, los que parten el queso en Netflix, Amazon y HBO siguen siendo los asesinos seriales y las series sobre investigaciones de crímenes reales, narcos y la impartición de justicia.
Ni la amenaza de una invasión de películas de la India tan locas como disparadas en efectos especiales y la avanzada cada vez más creciente de cintas (predominantemente thrillers) coreanas, detiene a estos amos del asesinato. Henry Lee Lucas y Ted Bundy cuentan en sus propias palabras sus hazañas criminales y se convierten en protagonistas de películas, documentales y libros.
Por eso, no es de extrañarse que, mientras esperan turno al bat del homicidio calificado y el crimen mal pensado, personajes esbozados en otras series como Mindhunter (Ed Kemper, Jeffrey Dahmer, John Wayne Gacy, “El Hijo de Sam” y Andréi Chikatilo, el “Destripador rojo”) dedicadas al asesinato desde los años 70, salgan a la luz otras historias de miedo, escalofrío y violencia.
Una de ellas, la del llamado “Vampiro de Sacramento”, Richard Ramírez, ya está disponible en Netflix y la dirige Tiller Russell, famoso por haber destapado la cloaca corrupta de los policías neoyorquinos de la Comisaria 75 en el documental The Seven Five.
Al margen del glamour hollywoodense de Los Ángeles, un asesino alcanzó la fama bajo el mote de The night stalker.
Esta nueva miniserie narra su historia de cazador de 14 humanos, con dos detectives que le pisan los talones.
Mientras esto pasa en el tiempo real de la miniserie, los familiares de Wayne Williams, el Asesino de niños de Atlanta; Ed Gein (que inspiró Psicosis de Hitchcock), Gary Ridway, el llamado “Asesino del río Verde”, con marca de 49 asesinatos esperan película, serie, miniserie o libro (lo primero que ocurra, es bueno).
Recientemente, en Noticieros Televisa se aventaron la puntada de poner en su Top 1 de Asesinos en Serie a Samuel Little que, según ellos, es el número uno por haberse escabechado a 93 seres humanos.
¿Y los cerca de 300 de Lucas, y los no confesados por Bundy, y los cerca de 300 de la dupla de “pozoleros” mexicanos (Santiago Meza y Teodoro García)? ¿Qué, están pintados?
Y encima, Charles Manson, que no mató ni a una mosca, pero que sí mandó matar, sigue siendo llamado asesino en serie. ¿Bueno, ni Tarantino pudo salvarlo del calificativo en Érase una vez en… Hollywood?