Fundada en 1933 y desaparecida después de dedicarse en vida y obra a Pedro Infante, la discográfica Peerless fue absorbida por Warner Music Group. En ella también militó Agustín Lara y, con un catálogo dedicado a la música regional, incursionó luego en el bolero, el pop y en el rock.

Se dice que cuando el “Soldado del amor” grabó en sus estudios en la mitad de la noche su homenaje al “Ídolo de Guamúchil” se oía la voz de Pedrito, diciéndole: “No te atrevas”. Nunca fue lo que se dice un sello roquero, pero su basta colección de originales (de dos discos por el precio de uno, en un solo CD) tuvo entre sus filas a los papás de Café Tacuba: Los Xochimilcas.

De ellos existen el álbum “Los Xochimilcas”, “Juan Cocoliso”, “Dándole azúcar al danzón” y “Lo clásico de los danzones”. Ya en los terrenos resbaladizos del rock en español también dobletearon Los Apson Boys, de Agua Prieta, Sonora; con los dobles de “Llegaron los Apson”, “El Barba Azul”, “El compadre vacilador” y “No hay amor”.

En ese rango están los long plays de Los Babys, “Pero yo no la conozco”, “Sin final”, “Con una lágrima en la garganta” y “Babys”. No podrían faltar los perdurables Ovnis (vigentes hasta ahora) con cuatro de sus fundamentales LP’s: “Somos amantes”, “Mary Mary, ¡Excitante!” y “Napoleón XIV”, todos remasterizados.

El resto del pastel de rock hecho en México del sello lo componen combinaciones de dos grupos por compacto: Los Sleepers (con su legendario “Al ritmo de la lluvia”) con Los Teen Angels; la inolvidable Olivia Molina con el “Juego de palabras” y como bonus, el álbum de los Shake Downs.

Los Boopers están con un par de compactos: “Sesión de rock” y “Colina azul”. De la Sultana del Norte están “Los Rockets” y “Surf en Monterrey”, sin que falte el par de Frankie y Los Matadores: “Se lo prohibió el doctor” y “Quinceañera”.

Por increíble que parezca: el cátalogo tuvo radio y en algunos casos, hasta televisión, razón de que perduraran con sus canciones y algunos fueron cobijados hasta por Ricardo Rocha en claros ejemplos de horrorcanrol. La lista es grande: The Seven Days, Los Reno, Los Freddy’s, Los 7 Modernistas, Los Exfords, Abril, Tony’s Twist Team; Los Fakirs, Los Pingos, Pepe y Los Zipps, Los Digers, Los Summers, Vianey y Polo, Los Teddy Gangs, Los Zipps y Los Sinners, del gran Federico Arana, escritor, monero y creador luego de “Naftalina”.

Definitivamente, otro rocanrol mexicano que no gozó las glorias de auténtica pena ajena de Premier Orfeón Dimsa, conducido por el Gallo Calderón aferrado a viejas glorias y con la consigna de promocionar los discos de verdaderos atentados como Los Hitters, los Rockin Devils, Los Holligans, Los Johnnny Jets, Los Belmonts, Los Rebeldes del Rock, con unas letras de pedir perdón, a excepción de Los Locos del Ritmo.

Muchos de estos discos dobles se venden en precios insospechados en los portales de costumbre como Discogs, en donde si uno se descuida se le aplica eso que dice: “tranquilos banda: esto es un asalto”, el clásico “¡Cámara banda! Ya se la saben”, o el “¿Qué pasó papi, no traes un cinco?” ¡Ya no la hagan de jamón!: entreguen su dinero por estos discos y no les hagan el feo: también es rock nacional.

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