Hace veintidós años, uno de los grandes cañonazos del videohome que se recuerde, fue la película de Guillermo Jaime Alarid, Orquídea Sangrienta, una de las pocas cintas que abordaban el espinoso asunto de los secuestros y que se disparó al terreno de la popularidad, por varias razones.

Una de ellas, su protagonista principal, la entonces curvilinea Lorena Herrera. Otra fue la participación como productor del controvertido en edil panista, presidente municipal de Tultitlán entre el 2000 y 2003, José Antonio Ríos Granados, que a cambio de financiar parte de la cinta promocionando el Estado de México, pidió un papel protagónico porque, además, el señor era también buen actor en sus largos tiempos libres de escándalos mediáticos.

Nadie en el mundo del cine de los secuestros (ni la temible banda de Los Montante, ni la de “El Coronel”, Marcos Tinoco Gancedo; ni la comandada por el Mochaorejas, Daniel Arizmendi, entre otras feroces organizaciones delictivas) había tenido su película. Por lo que los productores no dudaron en darle al magistrado el papel de Jefe de la Policía, para que le ajustara cuentas a Lorena Herrera, la jefa de la banda, dignificando la labor de los guardianes del orden.

La película que reventó el mundo del videohome no tardó en volverse de culto por la actuación del señor alcalde que, en honor a la verdad, actuaba mejor que otro político del momento: Félix Salgado Macedonio, pésimo e improvisado actor, humillado por Miss Lina Santos en el filme Guerrero (2001, dirigida por Benjamín Escamilla Espinosa).

El Instituto Nacional de Cinematografía no fue para proponer ni una nominación ni al Ariel, ni a la Diosa de Plata, a la cinta de Alarid. Y encima, Televisa en sus noticieros le cargó la mano al edil Ríos Granados, acusándolo con que había malos manejos de dinero, cosa que negaba el panista en funciones. Como los televisos no conseguían nada, cambiaron la estrategia y socarronamente le preguntaban que si, más adelante, hubiera la posibilidad de filmar con Robert De Niro o con Al Pacino, ¿Con quién pudiera ser? Ríos, que no era nada tonto, decía que con De Niro.

Orquídea sangrienta levantó carretadas de dinero y por poco va al festival de Huelva, en España. Luego, el regido ganó más de 30 millones de pesos como productor de la cinta de terror sobrenatural Cañitas, con guion de Carlos Trejo, némesis de Alfredo Adame. Disfrutando de la vida y dándose pequeños lujos: una gran casa, auto del año, helicóptero y rodeado de bellezas cinematográficas, José Antonio Ríos Granados tuvo a mal subirse el 2 de octubre del 2007 a pilotear una avioneta y morir en un fatal accidente.

Su partido, el PAN, que acabó expulsándolo, nunca le reconoció ni su trayectoria política, ni su carrera como actor; en cambió lo acusó de tener el salario más alto de todos los presidentes municipales. Lorena Herrera y el mundo videohomero lo recuerdan con cariño y niegan que su muerte haya tenido algo que ver con una supuesta maldición del caso Cañitas.

Uno de los últimos en entrevistarlo antes del fatal avionetazo, fue el periodista Víctor Ronquillo, en sus oficinas en lo alto del World Trade Center, donde el político y productor le confesó que lo mejor que le había pasado en su vida era haber sido el jefe policiaco que logró la captura de la secuestradora Orquídea Sangrienta. Acto seguido, le regaló el video.

pepenavar60@gmail.com

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