El lunes 4 de febrero del año 2010, EL UNIVERSAL, en su edición 33 mil 947, publicó la más grande investigación cronológica que se haya hecho en periódico alguno sobre el Tianguis Cultural del Chopo, con motivo de su XXX aniversario. Con llamada de atención en la portada y tres páginas completas en la sección de espectáculos (Kiosko) profusamente ilustradas, se daba cuenta de la importancia cultural del rock.
En ese mercado originalmente cambiario de la parafernalia del rock nacional y extranjera, se incluía el viacrucis del Chopo luego de ser desalojados del museo, hasta su última parada en la calle de Aldama, entre Sol y Luna en la colonia Guerrero.
La edición se complementaba con una numeralía, lista de personajes destacados, visitantes distinguidos y las crónicas de sus primeros 30 años.
Hoy, pasando sus 40, nadie sabe, nadie supo, en qué momento el rock perdió ahí su identidad cultural. Los mercaderes que alquilaron muchos de los puestos de los choperos originales llegaron con tenis, jeans, playeras y ropa de paca, convirtiéndolo en un bazar, donde apenas guardaron algunas posiciones los viniles, libros y las películas de culto y avant garde del momento.
A los que cambiaron el tianguis con todo y sus tocadas y Radio Chopo, se sumaron tatuadores, vendedores de antojitos, artesanías, chucherías y calaveras y diablitos. Bueno hasta la Virgen del Progresivo, que también atiende a poperos y metaleros, se hizo de la vista gorda coludida con personal de la Alcaldía Cuauhtémoc.
Un “corredor cultural” fue sacado de la manga y ahí opera hasta nuestros días.
Los caimanes del vinil siguen siendo los mismos de los precios imposibles.
Un relevo al cine friki, luego de la muerte, de Juan Heladio Ríos, ha llegado como un respiro. Toño Pantoja, impulsor de la idea del tianguis de rock en los 80 que capitalizó su hermano, bien podría dar fe, desde su puesto de libros y cómics de los cambios drásticos que ahí se han sufrido.
La historia del Chopo se puede seguir en un derrotero cronológico en buena medida gracias a las fotografías de los ya mero olvidados de la lente: Germán Gómez, Enrique Falcón, Merced Belén, Enrique Rivera, Gregorio Cortés, Verónica Barragán, Carlos Martínez… y al libro: Una larga jornada, del padre Abraham Ríos Manzano. ¿Qué le pasó al Chopo con esa invasión de cancha?
Sólo el diablo lo sabe.
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