¡Por fin! Gracias a una instintiva y desaforada búsqueda en Internet (ya que el DVD nunca estuvo disponible aquí, desde su estreno en 1992) se ha podido llegar al sensacional documental de la cineasta Jennifer M. Kroot, sobre el divertimiento excéntrico, nobleza y amor al otro cine de innegable terrorismo fílmico de los estrafalarios y clandestinos hermanos gemelos George y Mike Kuchar.

La adoración por las películas cortas que hicieron y el lúdico uso de “artistas” sin ápice de talento, así como su descarada estética de lo feo y mal visto, los hizo de una fama inmortal clandestina y demoniaca en el underground estadounidense.

Su estética de cámara y acción en 8mm, sólo compartida por el escuadrón donde militaban también personajes bizarros como John Waters, Andy Warhol, Kenneth Anger, Ed Wood, Stan Brakhage, Kent Jacobs y otros encubiertos del cine, aparentemente, sin rumbo, llegó al Distrito Federal a fines de los 80 traída en VHS por un periodista norteamericano, fanático del cine de Juan Orol: Paul Lenti, que en ese entonces escribía en The News.

Un ejemplo de ese cine de baja fidelidad, en apenas minutos, era “Una razón para vivir” (1976), con la historia enloquecida de un esqueleto en una tina de baño de una granja rural, combinada con fenómenos de la naturaleza de “alta peligrosidad”, como los rayos eléctricos y tornados fuera de sí, matizados por una música tan extraña como atrayente. Las catástrofes emocionales de sus personajes siempre eran muy curiosas e inesperadas.

Defendidas sus tramas sin trama por el crítico Jon Mecas, los gemelos Kuchar, principalmente George, rodaron infinidad de cortometrajes y, más tarde, se volvieron celebridades recónditas y recurrentes de ese otro cine de atentados estéticos, melodramas hiperbólicos y naturaleza rural enloquecida.

Todo eso y más, incluidas entrevistas con muchos de sus personajes, lo mismo que homenajes a sus aficiones, vienen en el documental de Jennifer Kroot como un acto de amor a su cine bizarro, con reminiscencias extraterrestres y homenajes a impensables monstruos chatarra, cómics y extravagantes obras pictóricas.

En 1997, los hermanos Kuchar colaboraron en el libro titulado “Reflections of cinematic Cesspool”, un tratado de sus memorias cinematográficas que analiza cuatro décadas de sus inclasificables filmes, con palabras introductoras del “Rey de los trash movies”, John Waters; justamente el de la escatología y de culto, “Pink Flamingos”.

La muerte de George Kuchar, el 6 de septiembre de 2011, dejó un legado fantástico de minis, cortos y largometrajes de títulos y realizaciones impensables; diarios en video y pasiones ocultas como la pintura, muy cerca de la estética ornamental de Robert Crumb, el “Rey del comix underground”.

En vida, el que también fuera profesor del Art Institute de San Francisco, rodó más de 200 filmes, algunos con su hermano Mike, dejando como legado también una muy basta videografía con títulos como “Ruta 666”, “Cantantes de cocteles”, “Impacto de lo Ígneo”, “Erizos de Ungawa”, La torre del astro-cíclope”, “La telaraña del Dr. Satán, “El poder de la prensa”, “La gente X”… Psicodelia postmoderna de imágenes en estado puro y efervescente que todavía son muy apreciadas por freaks propios y extraños de su cine.

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