A DVD y Blu-ray revueltos, ganancia de buscadores de emociones cinematográficas encontradas que no están en las plataformas.
A los lugares en donde se traspasa lo clandestino, lo raro, lo insoluto o lo sorprendente, trátese de género que se trate, están llegando pelis, series y miniseries, docus y conciertos para quedarse. Los precios, en su mayoría: de carcajada, cuando las transnacionales ya no sacan nada.
Sin embargo, la meca parece seguir siendo el tianguis cultural del Chopo, luego del deceso de uno de sus principales promotores (Juan Heladio Ríos). Mismo lugar, pero con distintos entusiastas del cine como Paradigma de la Existencia o Desobediencia Distro.
Algunos ejemplos de rescate son: “It Follows” (2014), de David Robert Mitchell, cine independiente de escalofrío, que retoma el terror sobrenatural inteligente con buena fortuna y manejo de situaciones al límite.
Por ese sendero está también “Musarañas” (2014), adrenalínico y sangriento thriller familiar ubicado en la España de los años 50, dirigido por Juanfer Andrés y Esteban Roel, y producido por Alex de la Iglesia, con dos Goyas a cuestas (“Maquillaje” y “Peluquería”) y aterrizaje en Sitges.
Terror malsano en tono psicológico negro. Actuaciones enfermizas y guiños de humor perro.
¿De dónde saca fuerzas un género, especialmente el de los zombis, supuestamente acabado por la repetición de previsibles esquemas? De vueltas de tuerca inesperadas, con las que se plantea lo que pasa en “Zombis, cámara ¡acción!” (2017), de Shinichiro Ueda, que, con tres dólares, ha logrado un hitazo comercial en DVD con cine dentro del cine, a la hora de rodar una película de Serie B en tono de comedia metalingüística enloquecida.
Y agárrense: tuvo tanto éxito que ha regresado en un nuevo episodio 2020 firmado a la distancia por la pandemia: “Mission Remote: Covid-19”. El tipo de cine que se maneja en estos lugares de sorpresa y oferta es de los que no desdeña ningún tipo de manifestación cinematográfica. Por eso, el cine mexicano hecho al margen de la industria establecida y poco favorecida en ayudas culturales ha encontrado un circuito de exhibición casi de mano en mano.
En ese contexto, ya se anuncian en DVD cintas y documentales como “La Mami” (2019), de Laura Herrero Garvín, filmada en los baños del mítico cabaret de barriada, El Barba Azul, con una historia social y muy humana sobre las trabajadoras de la noche, en tierra machista. Bueno, hasta el mismísimo Arturo Ripstein tiene mercado en ese circuito. Su “El diablo entre las piernas” (2019) vía DVD, causó revuelo entre sus fans, con un ajado drama de celos y bajas pasiones.
Hay que acercase sin miedo al qué dirán los exquisitos y santurrones de la crítica.