El legendario Madison Square Garden de Nueva York (donde han tocado 18 veces, incluyendo dos especiales entre 1977 y 2019) ha sido el escenario de la despedida del más grande y caliente grupo de rock del mundo, que hizo lo inimaginable en tecnología sonora y pirotécnica en los escenarios del mundo. Aunque, la verdad, sólo fue un guiño, un amague de que ya nos vamos, pero virtualmente nos quedamos. Nadie de ellos lloró de verdad, ni el contingente del Kiss Army, que ya sabía cómo iba a estar la cosa.

Todo comenzó, al menos aquí, hace muchos años con el fichaje para PolyGram de Kiss, que estaba en la compañía Gamma (que, dicho sea de paso, nunca hizo publicitariamente nada por ellos) razón por la cual Neil Bogart, presidente de Casablanca, le pasó el contrato de Paul Stanley, Gene Simmons, Ace Frehley y Peter Criss, a Luis Bastón Talamantes, director de PolyGram y a Herbé Pompeyo (el inventor de Rock en tu Idioma, La Cultura del Rock y otras tantas otras series), con la condición de que tenían que firmar también, oficialmente para México, a los artistas del sello. Piénsenlo y mañana nos vemos les dijo el magnate disquero en un desayuno en Los Ángeles, California.

Bastón, de gran colmillo en la industria, le dijo a Bogart: ¿de casualidad no traes el contrato? Y ese mismo día, en un almuerzo en el famoso vagón de ferrocarril del Sunset Boulevard, PolyGram se hizo del catálogo de Casablanca, en un negociazo que dejó con la boca abierta a Bogart, porque incluía también los contratos de la incipiente Donna Summer, Parliament Funkadelic, Angel y demás artistas del roster.

Pero como el primer objetivo era Kiss, no tardaron en aparecer espectaculares en el entonces DF, que no se estilaban aquí para promocionar a un grupo de rock.

Así, en la glorieta del Metro Insurgentes, después de las millonarias ventas de los discos de Kiss en México, sólo faltaba que viniera el grupo. Y vino.

Franz Trejo, general de división del Kiss Army Nacional en funciones, puede dar fe de las hazañas de Kiss que, entre otras cosas, siguen siendo fans de ellos mismos.

Todavía se recuerda el revuelo de la rueda de prensa para anunciar que Kiss venía al DF por primera vez. Parecía que el grupo estaba ahí, por la cantidad de gente reunida. Luego vendrían las memorables y divertidas ruedas de prensa en el Camino Real y el programa de James Fortson. Todavía resuenan las risas de los miembros de Kiss a preguntas del temible “Gordo” Barrera, en el sentido de que si usaban drogas o si darían un concierto gratis para niños desamparados.

En esos tiempos, PolyGram también cargaba con los principales programadores de la radio mexicana (que en ese entonces mandaban y hoy son de risa) y se los llevaban al Summit de Houston, para que vieran el concierto en turno, comieran como pachas y se dieran la gran vida en la Galería, de la ciudad de los texanos.

Todo para que Kiss se apoderara del cuadrante radial.

Pero todo cambia con los años. Ahora “Al fin del camino”, Kiss entró a la dinámica del Pay per View, para que todo el mundo lo viera, sin tener que ir a Nueva York, por tan sólo 15 dólares, con disponibilidad del concierto hasta el 1 de enero de 2024.

El paso a su nueva faceta digital se dio al final con la canción de Argent: “God gave rock and roll to you”, de Rod Argent de The Zombies, en el periodo del grupo, cuando Kiss era su telonero.

Las anécdotas son múltiples, como cuando se hizo aquí un tiraje promocional de 500 discos de vinilo marmoleados en color, para que los repartiera el grupo entre algunos fans escogidos, de los cuales solamente 100 estaban autografiados por los miembros originales de Kiss y 400 estaban rubricados por un label manager y el jefe de prensa de la disquera (a río revuelto…)

El que quiera virtual celeste, que le cueste.

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