Los de la editorial Manon Troppo, expertos en mostrar las distintas variantes musicales del rock y contrastarlas con el arte, ofrecen ahora un curioso libro de encuentros y encontronazos que ha tenido (y tiene) el fenómeno del rock con diversas formas de arte: portadas de discos, arte del diseño, transición del vinilo al disco compacto (pasando por el casete); pósters, icónicas fotografías, modas que se han impuesto, objetos fetiche, estilos, géneros sonoros y cinematográficos, más abundante literatura al respecto.

Ezio Guaitamacchi, Leonardo Follieri y Giulio Crotti han dado un consumado vistazo inicial a muchas de las formas en que el rock se entrelaza con diversas formas del arte.

Una cantidad inimaginable del estrellismo rockero se ha tomado de la mano con películas, rockumentales, clips, tv y ahora las emergentes redes sociales que han mitificado las formas de mirar y escuchar la música y reagruparla en una alocada parafernalia sonora.

Guitarras, voces, canciones, libros y revistas, se han convertido en una especie de gesta revolucionaria para el escucha o el lector avispado, dando lugar a una estética de códigos y cambiantes tendencias.

Desde la idea y su concreción, el rock es marcado de acuerdo a rutas prestablecidas. De ahí sus flirteos con la poesía, pintura, teatro y danza, junto con curiosidades de emergencia inmediata.

El coleccionismo y la pasión para tener un pedazo de la historia ha movido modas y predisposiciones para tener visones únicas de la historia y el desarrollo del rock, con combinaciones de experimento propuestas desde tiempos de Andy Warhol, hasta documentaciones históricas de diversos mitos propuestos por gente como Martin Scorsese, que con sus imágenes han dejado constancia del blues, de sus Satánicas Majestades, de la industria musical y la mitología de estrellas como Bob Dylan.

Si a eso se le suman otras visiones psicodélicas, punketas y nuevaoleras del rock, se tiene una visión periférica de la música actualmente, influida por muchos factores determinantes y una visión totalizadora de adónde va la acción documentada en visones particulares y santos y señas de diversas sonoridades que se han impuesto en diversos gustos trazados desde Los Beatles, Bowie, Win Wenders, Marilyn Manson, las visiones de Frank Zappa; la guía de Allen Ginsberg, la poética de Dylan, la entereza de Roxy Music, los sonidos de Michael Nyman; el grafismo de Robert Crumb, la revolución de las portadas de discos; la vida retro, la inmediatez de las plataformas de streaming y el arte iconográfico de Pink Floyd y otros santones del prog-rock.

Un libro esencial y multicombinable con el arte de nuestros días.

pepenavar60@gmail.com

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