Esta semana falleció víctima del cáncer Florian Schneider quien, con Ralf Hütter, fundó en los 70 Kraftwerk. El germano tenía 73 años y sus influencias culturales anglosajonas fueron concluyentes a la hora de construir sonidos de avanzada. Bajo la etiqueta de krautrock, los ingleses trataron de encasillar lo que estaba pasando en la Alemania de los años 70 y su incipiente música electrónica.
Nadie se imaginaba que aquí, en México, iba a ser editado su primer álbum Autobahn, antes de que llegaran los primeros álbumes de agrupaciones como Can, Popol Vuh, ¡Neu!, y Cluster. La idea de sacar el disco LP con toda una cara que remitía a un viaje por una autopista, fue de Herbé Pompeyo, entonces A&R de PolyGram, quien apostó por ese extraño y sugestivo rock alemán.
Schneider, violinista, flautista y guitarrista, procesó su talento filtrándolo por vía de la música electrónica que experimentaban en un estudio de grabación (el King Klang) de Düsseldorf donde confeccionaban y creaban sus propios instrumentos: baterías y cajas de ritmos, bajo la consigna de un folk de sonidos de fábrica. Su tendencia fue enmarcada como temprana en el naciente terreno del synthpop, electropop y tecno.
Sus álbumes concepto siempre fueron arriesgados, como sus puestas en escenarios pocos convencionales para los denominados conciertos de rock electrónico entre progresivos y vanguardistas. Su aspecto visual siempre estuvo a la altura de su circunstancia sonora. Una buena parte de su discografía la retomo aquí EMI, sin embargo, la piratería organizada desafió el retraso tecnológico de la imagen aquí, sacando lo que la industria nada más pensó: el DVD.
Gracias a ello Kraftwerk se conoció por el Tour de France 2004, filmado en Glasgow; Den Atelier-Luxembourg, Minimun-Maximun (especial de MTV) y otros videoconciertos. Aquí, algunos afortunados recuerdan su primera aparición en la Carpa Neumática (2004) en el Hipódromo. También fungieron como abridores de Radiohead, en el Foro Sol (2009). Estuvieron en el Plaza Condesa (2014) y dos años después en Corona Capital.
Para adentrase más en el fenómeno y las aportaciones de Kraftwerk a la electrificación de la música moderna, se recomienda el capitulo que le dedica David Stubbs en el volumen Future days: el krautrock y la construcción de la Alemania moderna (Caja Negra, 2015). Una experiencia de información de los que en 2002 entraron al Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Con otros grupos de rock alemán, forman parte de los ocho volúmenes triples de krautrock editados por Mondra Records.
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