Las opiniones están divididas, lo cierto es que con todo y las noticias falsas y verdaderas que se manipulan en las redes, nuestro rock mexicano navega a palos de ciego y los que pueden sacar provecho de propios e incautos no se lo piensan dos veces y atacan a la menor provocación, inventando membretes y poniéndoselos a movimientos que ya se han anquilosado en el consciente colectivo, reciclando viejas fórmulas de negocio para una legión de despistados, esos que piensan que modelos como “Rock en tu idioma” deben ser patrones establecidos para las generaciones perdidas que no se encuentran más que apelando a una nostalgia que no les tocó vivir y que tratan de revivir con muchos ejemplos de discos originales, pagando montos de auténtico atraco.

El precio de la historia sí tiene precio en estos tiempos de gurús entrevistadores e influencers de risa salidos prácticamente de la nada que se montan un set apantallante en internet para entrevistar a los que les siguen el juego: Sabo Romo, Fobia, Aleks Syntek, Joselo y otros más, donde no tiene cabida, por ejemplo, El jefe Guadaña, de la Banda Bostik, el Rebel´D Punk y uno que otro urbano más, para no distorsionar. De lo que se trata en esos episodios que se transmiten en la red, es de machacar lo ya sabido, hablar a sonrisa satisfactoria de discos que ya a muy pocos les interesan y para los que están las ediciones casi artesanales que no pasan de pocos pesos, para que no los roben en despoblado.

Jaime López, Arturo Meza, Enigma, Mama-Z, Kerigma, Neón, La Lupita, Decibel, MCC, Naftalina, Javier Bátiz, Carlos Arellano, Mistus, El Personal, The Spiders, La Revolución de Emiliano Zapata, Luzbel, Follaje, Mara, Charlie Monttana, La Cruz, Rafael Catana, Lucifer, Iconoclasta, Nigal Vallis, La Fachada de Piedra, Toncho Pilatos, La Caja, Gerardo Enciso, Loch Ness, Abril, Size, Carlos Mata, Delirium, Dr. Fanatik, 39.4, Angélica Infante, La Casta y toda la nostalgia por Avándaro, entre otros, están disponibles rolando por ahí, producto de acopladores sin marca propia.

Por si fuera poco, los que saben de qué lado mastica la iguana, pueden confeccionar acoplados impensables hasta para las disqueras grandes, que no conocen su catálogo y que excluyen también a los pocos conocedores que tenían, esos mismos que le salvaban el pellejo a una nueva generación de ejecutivos disqueros hechos al vapor. Por raro que parezca, en la división de “no me interesan tanto” o “¿quiénes son?” están Caifanes, que no graban desde hace años (los sencillos previos que han sacado están en el orden de lo lamentable), Moderatto (la broma perpetua del rock nacional) y Maná, (en camino a ser vejestorios románticos retro). Como no hay lo que se dice un censo confiable del rock mexicano, aparecen ediciones de discos compactos de procedencia ilícita con grupos sólo conocidos en su casa, así como también libros y sesudos artículos que tratan de explicar el fenómeno de muy pocas bandas desconocidas que viven en el reino de la melancolía.

Al llamado de “¿catálogo para qué me sirves?”, una vuelta de tuerca tardía, pero todavía redituable, ha puesto a girar los discos de Dug Dugs, Pájaro Alberto, Enigma y algunos otros, en ediciones de vinil de color para una turba de coleccionistas irredentos. Pero no nos engañemos, no hay nada bajo el sol del crepúsculo de nuestro rock. Como diría el Niño Héroe del rock hecho en la CDMX, Ricardo Bravo, “ahora sí me tiro –por clamor popular irreversible- envuelto en la bandera desde lo alto del castillo de Chapultepec”

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS