A la muerte lenta de lo que queda de la otrora poderosa industria discográfica, hay que agregar las todavía firmes columnas de los catálogos que firmaron hace años, sin saber que algún día les darían para comer, y hasta tomar un vinito. Mientras, para nadie es un secreto que mucha música que se grababa hoy en día ya no se vende gracias a las malditas-benditas plataformas digitales, tampoco se puede negar que algunos discos clásicos, parecen tener más vidas que un gato.
Uno de ellos es el Soft parade (1969), de los Doors, lanzado este año en varios formatos especialmente pensados para los coleccionistas de nostalgia. La edición en vinil remasterizado supera los 500 pesos, mientras que la de disco compacto ronda los 365 machacantes, al margen de la versión expandida de su 40 aniversario, que incluye algunos remixes, cuesta 405 pesos en Amazon.
Los de Tampa Bay, que todo lo pueden, ofrecen a los que lo quieren toda una reimpresión con tres discos compactos y el vinil repartidos en varios sellos (Elektra, WEA…) más una edición de dos LP, aparte de las versiones nacionales e importadas y una suprema: 24 K Gold de edición numerada, a mil 255 pesos: los que se llama entre los fans: Abrir la otra puerta, del grupo donde cantó Jim Morrison y en donde sólo cobran ahora regalías: John Densmore y Robbie Krieger.
Otro caso de resurrección sónica es el recién aparecido y legendario (ahora en versión de doble CD) The Stooges en su totalidad con remasterización 2019, más un bonus CD con tomas alternas, voces tratadas, versiones full, singles versions… para enmendar este clásico de Iggy Pop de 1969 grabado literalmente en bruto, con manos adicionales (las del Velvet Underground, John Cale) y versiones remix en el mezclaje final. Elektra Records metió las manos al fuego y resultaron gravemente quemados y restaurados inmediatamente con cremas.