Antes del reggaetón, con mucho, mucho amor y exceso de kitsch estuvo el puertorriqueño Walter Mercado que, a pesar de sus trajes hechos de tela brillosa de sofás y cortinas con diamantina que ni Kiss en su época más rococó, nunca pudo superar al gran Liberace. Sin embargo, esa es otra historia de quien ahora se cuenta su escalada del mundo de la fantasía glitter a la irrealidad mediática.

Él como todos quisieron ser Walter Mercado alguna vez, como recientemente Fher de Maná que no reparte tanto y tanto amor después de su operación estética, se puede ver y disfrutar con algo de placer culposo en el documental de Netflix (que hasta fue a parar al festival Sundance) Mucho mucho amor: la leyenda de Walter Mercado, de Cristina Costantini y Kareem Tabsch.

La historia de cómo estremeció el mundo psíquico por medio del horóscopo básico y predecible que vieron más de 120 millones de televidentes convencionales al día en sus décadas de gloria y frenesí, se narra con lujo de fulgor, hasta que un día desapareció del mapa de la truculencia de la astrología, en donde las estrellas tenían el mando.

El mundo de la extravagancia, la elegancia, las lentejuelas locas, las alhajas de fantasía y los prendedores mágicos de ¡Walter Walter te quieren conquistar!, se fue luego de 90 años de iluminar a todos, menos a la insuficiencia renal.

No se olvidan sus arranques verbales que se volvieron marca registrada: “Dios bendiga a todos; hoy, mañana y siempre…”,
que remataba con manos a los labios previo beso para descargar su sello: “Pero, sobre todo, mucho mucho mucho amor”.

Por azares del destino y la televisión Mercado se volvió un referente mediático que lo mismo movía a la reflexión astral que a las carcajadas por sus ocurrencias y predicciones. Como los rockstars, fue arrastrado a la vorágine de pleitos legales y Jorge Ramos, azote de ricos, poderosos y políticos, lo cuestionó sobre su sexualidad y como los toreros le hizo varios pases al periodista, para salir incólume.

Shanti Ananda, el nombre que usó al perder una batalla legar contra su mánager por el derecho de usar su nombre para su explotación comercial, surgió luego de una revelación espiritual, para una reinvención mística de largo alcance. La televisión, incluidas colaboraciones para NBC y HBO se rindieron a sus pies, como la prensa, donde escribía columnas diarias en impresos de Miami, Puerto Rico, Chicago y Los Ángeles.

Un documental imperdible para reír, llorar y hasta para lanzar consignas.

pepenavar60@gmail.com

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