Stallone, Statham, Jet Li, Lundgren, Couture, Austin, Crews y Rourke, pertenecientes al Escuadrón Mercenario de la Muerte, están apenados por nunca haber requerido en el comando suicida los servicios cinematográficos del venerable rey del cine de acción, el irlandés, Liam Neeson. La cantidad de balas disparadas por el venerable en nombre de la venganza, a lo largo de su violenta carrera en el cine, supera cualquier expectativa, pintándolo como lo que siempre ha sido: un maldito implacable.

Alguna vez estuvo aliado en el bando de los buenos, como por ejemplo en “La Lista de Schindler”, “Batman Begins” y “Star Wars, Episode 1”, pero lo que en realidad le gusta al abuelo es la sangre, aunque no lo diga abiertamente. Su carrera no había sobresalido en el género del cine de acción, hasta que llegó “Venganza”, de 2008, dirigida por Piere Morel. En el exitoso filme a nivel mundial, una organización criminal le secuestra a su hija, que se va a París de vacaciones. Neeson vio en la película la oprtunidad de alejarse de una vez por todas de los personajes dramáticos y meterse de lleno a la adrenalina de los personajes de acción. La tercera edad no le importó mientras pudiera moverse sin depender de la silla de ruedas como padre indómito e imparable.

Lo que se le da mejor es el thriller épico y violento, del que es un buen ejemplo “Caminando entre las tumbas”, donde tiene que aliarse con un traficante de polvos malos al que secuestraron y le mataron a la esposa en Nueva York. La premisa es seca, brutal y muy violenta, lo que contrasta con su apariencia de abuelo bonachón que no mata a una mosca. Sin embargo, su ascenso cinematográfico se ha topado con todo: aventuras, horror, ciencia ficción, comedia romántica y hasta de género familiar de moco fácil y demás variedades con las que puede, dando lo mejor de sí mismo, en memorables actuaciones al margen de la muerte y la venganza. Es el thriller violento es lo que mejor se le da.

Muchos coinciden en que le está llegando un estado senil irreversible. Sin embargo, aunque todavía no lo tachan de perdonavidas, sí hay una directriz de personaje listo para causar la muerte, o al menos que la siga ejerciendo en la esperada “Thug” . Una de sus mejores películas, si no la mejor de su filmografía es “Venganza bajo cero” (Cold Persuit) del británico Hans Petter Moland, en donde a su rudo personaje (Neals Coxmann), que vive en la capital de Colorado, Denver, unos mafiosos le matan por error a su hijo. De ahí en adelante acabarán pagando hasta justos por pecadores, en una escalada de muertes no anunciadas. Un enigma para iniciados en la NFL (¿Elway o Manning?) acompaña algunos de los féretros de los que mueren en forma brutal, divertida y loca, a manera de comedia negra siniestra.

El ritmo es impecable y las coreografías violentas en la nieve gélida le agregan un frío estremecedor a un fantástico thriller negro. A eso hay que agregar un reparto bueno y convincente para hacer que la cinta original, la noruega ("Uno tras otro") cobre de manera sumamente violenta otras vidas que andaban por ahí. Los hermanos Cohen y Tarantino están veladamente homenajeados.

Pasa habitualmente en plataforma y también se puede conseguir en DVD. El café caliente para acompañarla con su endiablado frío es esencial

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