Quién si no Miguel Marte, el hijo de Arturo El Villano Martínez (el de la época de oro del cine mexicano), merece el calificativo de “El último héroe del videohome”; es el principal acaparador, como director, de la nota roja vuelta video. Hay otros personajes de más formación académica como Pepe Buil que, aparte del biopic de Goyo Cárdenas (Los crímenes de Mar del Norte) se ha ocupado de otros aspectos en su cine como el secuestro exprés.

Pero si de inmediatez se trata (entendiéndose como tiempo récord de filmación, que puede ir de tres a cinco días), Marte no tiene parangón. Su filmografía en DVD va a la medula de abuso, el homicidio, las desviaciones esquizoides, casos célebres nacionales de criminalidad que lo mismo dejan una estela de sangre que recetas de cocina caníbal mexicana.

Pocos saben que la película más taquillera de todos los tiempos del videohome es La Mataviejitas. Las historias paralelas de cómo se filmó el derrotero asesino de Juana Barraza (que fue luchadora, como La Dama del silencio) es un deleite y mucho le debe al humor involuntario tanto del director como de sus distribuidores (Zima Entartaiment); 17 asesinatos se le achacaron a la asesina.

La cifra escandalosa de ventas de videohome le permitió a Marte explorar la vida de Diego Santoy Riveroll, El asesino de Cumbres, en Monterrey, que mando a la tumba en 2006 a los dos pequeños hermanos de su novia y ya mero a ella y a su mamá. Luego le tocó el turno a uno de los brazos ejecutores del narco, experto en desapariciones de cuerpos mediante acido: El Pozolero, que cocinó a unas 300 personas.

La versión de Marte de El Pozolero, como que es más simbólica: el lugar de casi fosas sépticas para desaparecer los cuerpos, usa un par de barriles, como cine de autor (y porque había que ahorrar). En otras cintas videohomeras como El decapitador, nada más decapita. Luego vendría en hitazo de El Caníbal de la Guerrero, basado en la vida culinaria y criminal de José Luis Calva.

Cuando le tocó descansar al asesinato (incluyendo la clásica: Se chingaron al candidato Coloso) Marte se dio tiempo para realizar maravillas bizarras como La fortaleza de Tepito que cerro Marcelo Ebrard. Siguieron Miss Narca (versión libre de Miss Bala) y Las Narco-tienditas. También tuvo gas para dirigir cuatro fantasías fuera de serie: Coopelas o cuello, sobre Zhenli Ye Gon, que rozó con 205 millones de dólares a Javier Lozano Alarcón.

Las otras tres responden a los títulos de culto del videohome: Los macheteros de Atenco, El pasito duranguense y Madre de Satanás, sobre el bombazo de la colonia Roma, en el DF, cuyo slogan publicitario decía: ¡La verdad que no quieren que conozcas! Todas sin desperdicio alguno para estos días de guardar que avecinan.

pepenavar60@gmail.com

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