Sin la debida justicia que merecen las cintas de Fernando Méndez, olvidadas por los burócratas de la Cineteca (que, dicho sea de paso, nunca le ha dado su lugar al género fantástico mexicano, como se lo dan al cine francés, ruso o alemán), uno de los realizadores claves del fantástico mexicano acaba de aparecer en una edición doble de lujo, la mitológica dupla de El vampiro, protagonizada por Germán Robles, Abel Salazar, Carmen Montejo y Ariadne Welter.

La saga, que concluye con El ataúd del vampiro, viene a sumarse a, tal vez, una de las mejores cintas fantásticas de todos los tiempos mexicanos: El ladrón de cadáveres, también de Fernando Méndez.

El box set digital se incorpora a la caja cuádruple (también en blu-ray importado) que contiene cuatro películas representativas del fantástico nacional, de la productora Alameda Films Vault, que abarca el periodo de 1957 a 1963. Los títulos son: El espejo de la bruja, de Chano Urueta; Misterios de ultratumba, de Méndez; La Llorona, de Rafael Baledón, y El barón del terror, también de Urueta. Cabe mencionar que esta última cinta mereció un comentario del mismísimo Frank Zappa, que la vio antes de morir y por poco el horror supera su famosa 200 motels.

Una gran cantidad de bonus: tráilers originales, material promocional, nuevo subtitulaje en inglés y un libro de edición limitada a 100 ejemplares en alta definición, con artículos críticos, postales de edición finita, ensayos y artículos de archivo, firmados por plumas irreverentes que siempre han apoyado el fantástico del Mad Mex, como la de José Luis Ortega y Eduardo de la Vega Alfaro. El tiraje es de 8 mil ejemplares numerados.

Estas ediciones especiales hacen recordar momentos célebres del cine mexicano, que rara vez se podían ver en televisión y que eran buscadas afanosamente en mercados alternativos como el del viejo Tianguis del Chopo, en tiempos del galeno Juan Heladio Ríos y en algunos lugares para fans irredentos y temerarios, como los de la calle más peligrosa de la ahora CDMX (¡Jesús! Carranza). Hoy que los DVD y el blu-ray ya prácticamente han llegado a tirajes ridículos, no deja de sorprender que el cine fantástico y el horror mexicano siga sumando fans en un perímetro tan increíble, como asombroso.

Sin embargo, sólo un entusiasta público minoritario sigue buscando estas historias locas, disparatadas y absurdas, con las que creció una generación cuando era difícil verlas en un ámbito fuera del circuito del llamado “cines de piojito”. De ahí su ahora valor nostálgico. Acompañando estas historias fantásticas, otro género que parece que ahora sí ya puso espaldas planas sobre la lona, es el de las películas de luchadores, a las que ya se les extravió el género de identidad y hasta el sentido de la acción. Máscaras proverbiales como las de El Santo, Huracán Ramírez y Blue Demon han quedado tan sólo como vestigios de un pasado, donde se daban la mano con héroes inventados como La Sombra Vengadora, Neutrón, El Vampiro y el último gran héroe del pancracio fílmico, El Ángel Enmascarado. Urge un verdadero rescate emocional.

Germán Robles se mete en la piel del conde Duval en el filme de 1957. Foto: de IMDb
Germán Robles se mete en la piel del conde Duval en el filme de 1957. Foto: de IMDb

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