Leo con atención la entrevista que la Dra. Alma Orozco Segovia, integrante de la Junta de Honor del Sistema Nacional de Investigadores e investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, le dio a Antonio Díaz y que fue publicada en EL UNIVERSAL (18 de marzo). El Tema: el rechazo a la denuncia de plagio presuntamente cometido por Alejandro Gertz Manero presentada por más de 200 investigadores. Y con todo respeto, creo que las respuestas y los elementos que aporta la nota nos dan la razón a todos aquellos que nos hemos escandalizado con su resolución. La Junta no solo omitió cumplir con su obligación, no solo actuó de una manera opaca, sino que convalidó una trampa inexcusable. Vayamos por partes.

Base legal: investigadores del SNI denuncian un presunto plagio de Alejandro Gertz Manero y aportan pruebas. Lo hacen en base a unos Lineamientos que explícitamente establecen que “los órganos colegiados del SNI, la Secretaría Ejecutiva, la Dirección del SNI, cualquier otro miembro del SNI o terceros, cuando tengan conocimiento de hechos que puedan constituir faltas de ética por parte de algún Investigador Nacional, y que estén directamente asociados con su pertenencia en el SNI, los pondrán en conocimiento de la Junta de Honor por escrito para que se determine su procedencia”. Para cualquiera (creía, pero al parecer no es el caso) el plagio es una clara falta ética.

Por si fuera poco, los Lineamientos de Funcionamiento señalan que la Junta de Honor debe “analizar los casos en que se presenten formalmente por escrito de manera fundamentada, argumentada y con las pruebas suficientes, en que se presuma la comisión de una falta de ética profesional por parte de los investigadores del SNI y que ataña directamente a su relación con el SNI”. Y además del acoso sexual y laboral, a los que hace referencia la Dra. Orozco, no cabe duda que el plagio es una falta ética y que tiene que ver con la relación del investigador con el Sistema. Por si fuera poco, me entero por la nota citada, que existe el antecedente de que la Junta de Honor retiró el nombramiento a dos personas en 2015 precisamente por plagio.

Opacidad. La Dra. Orozco informa el día que fue citada por vía telefónica, las personas que asistieron (solo tres de una Junta que debe estar compuesta por seis y una funcionaria del SNI) y que la reunión fue virtual. Pero, dice, que como firmó una carta de confidencialidad no puede dar detalles de la sesión. Caray, ¿habrán discutido asuntos relacionados con la seguridad nacional?

Reconocimiento del plagio. Pero vayamos al meollo del asunto. La Dra. Orozco le dijo a Antonio Díaz: “Estoy consciente de que copió… Es casi un pecado de kínder el que comete el doctor Gertz Manero. Es penoso y vergonzoso para él”. Es decir, la grave falta ocurrió.

Complicidad. ¿Qué correspondía entonces? La Dra. Orozco afirma que la Junta no era competente para ver el caso. Concediendo sin aceptar, porque las normas obligan a la Junta de Honor a entrar al fondo del asunto, lo que hicieron fue “desechar la queja” porque los quejosos no éramos los autores originales ni teníamos “los derechos de propiedad de las obras”. Si creían no tener facultades entonces debieron turnar el asunto a la instancia que sí pudiera resolver; pero no, optaron por “desechar la queja”. Si a eso no se le llama complicidad con quien cometió una grave falta ética, no sé cómo deba llamársele.

A confesión de parte, relevo de pruebas.

Profesor de la UNAM.

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