José Woldenberg

Adivinanza

Es un juego quizá un poco macabro. Transcribiré las características de tres líderes que están en el museo de la infamia y usted tendrá que adivinar de quién se trata

Adivinanza
14/03/2023 |02:50
Redacción El Universal
Periodista de EL UNIVERSALVer perfil

Ian Kershaw estudió la personalidad y trayectoria de doce indiscutibles líderes que dejaron su impronta en el siglo XX. Esa investigación la convirtió en libro. Circula en México con el título Personalidad y poder. Forjadores y destructores de la Europa moderna (Critica. 2023). Insiste en que las solas características de su temperamento no son suficientes para explicar sus respectivos ascensos y por ello se detiene en los contextos que los hizo posibles. Pero al leer algunas de las características de su “genio” me pareció que sobre algo alertaban.

El siguiente es un juego, quizá un poco macabro. Transcribiré las características de tres líderes. Los tres se encuentran en el museo de la infamia y usted tendrá que adivinar de quien se trata. Algunas pistas: gobernaron por un largo período sus respectivos países; la historia europea, e incluso la universal, no se entendería sin su huella; luego de detentar un megalomaníaco poder, dejaron una estela de muerte y destrucción. No ofreceré pistas que con su solo enunciado los delaten. Empieza.

1) “Parecía ofrecer algo radicalmente nuevo y espectacular distinto de la cansina y deprimente política de la élite burguesa, como una decidida promesa de materializar la necesaria y decisiva ruptura con el pasado… (Creía ser) un hombre abocado a un destino histórico… Los pensamientos filosóficos carecían de importancia a sus ojos, salvo que sirvieran para movilizar a sus acólitos o actuaran como vectores de poder…Captó perfectamente bien la potencial oportunidad que se abría a la creación de un movimiento nuevo capaz de explotar la absoluta desorientación y el enorme descontento…”.

Newsletter
Recibe en tu correo las noticias más destacadas para viajar, trabajar y vivir en EU

2) “Sus prejuicios y resentimientos, organizados en torno a un núcleo de odio paroxístico…acabaron cuajando en forma de ideología (o de “visión del mundo” como él la llamaba) y transformándose en la fuerza motriz de su existencia política… Fue siempre un individuo autoritario, colérico, intolerante y egocéntrico… Estaba amargado y en su interior anidaba un profundo resentimiento que, unido a sus fuertes aversiones, pudo haberse transformado fácilmente en odio… Carecía por completo de un sentido del humor alegre y despreocupado… Tenía ideas grandiosas y extremadamente dogmáticas… Era una especie de sabelotodo terriblemente obstinado que opinaba con rotundidad sobre prácticamente cualquier tema… Sus fuertes convicciones, su intolerancia y el extraordinario talento para la retórica demagógica…se convirtieron en los rasgos esenciales de su ascendente estrella política”.

3) Tenía “un temperamento extremadamente receloso, compatible con la paranoia pura y dura. Veía traiciones en todas las esquinas… No confiaba en nadie… (Era) una persona profundamente vengativa… La ambición que le empujaba a buscar un poder siempre creciente, y a protegerlo de la forma más despiadada una vez alcanzado, no conocía límites… Apenas había tiempo en su vida para todo lo que no fuese la lucha por el poder… No juzgaba indispensable ninguna relación. Todo el que no se adecuara a sus propósitos era claramente prescindible… (Tenía) dotes propagandísticas y de organización… Reafirmó su certidumbre de que el mundo estaba dividido en dos bandos… Podía abusar de su poder…”.

Ahora usted debe pensar y descubrir de quién se trata. A quién se refiere Kershaw en el 1, 2 y 3. Tómese su tiempo. No hay prisa… Y si no tiene la respuesta pase al último renglón de este artículo.

1) Mussolini, 2) Hitler y 3) Stalin.

para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.

Profesor de la UNAM